Desde el Domingo de las Deseosas hasta el entierro de la Sardina, por José Muñoz Torres.

En un reciente «poyete» hablaba de cosas pasadas, de tiempos oídos, de esos tiempos. en que por edad no hemos sido protagonistas de ciertos acontecimientos, pero si que los llegamos a vivir, los llegamos a ver, aunque en aquellos momentos no supiéramos comprender, la mayoría de las veces, cual era el verdadero significado de lo que estábamos viendo: ¡de lo que estábamos viviendo!.

Eran los días de carnaval y las puertas de las casas, que siempre estaban con las puertas «entornás», se cerraban a cal y canto. Nosotros, con nuestros pocos años, no comprendíamos ese cambio, acostumbrados a entrar corriendo si preocuparnos de si la puerta se quedaba abierta, cerrada o a medio cerrar («entorná»). Y era la abuela la que nos reconvenía diciendo: «En estos días de carnaval hay que tener mucho cuidado porque hay pandillas de «mascaritas», -nos decía ella, muy discreta pues todo el mundo las llamaba máscaras o mascarones-, que si ven alguna puerta «entorná», se meten en la casa, hasta dentro, «cotilleando» todo lo que pueden, cuando no se llevan alguna cosilla de recuerdo...». Y repetía para que nos hiciéramos cargo de lo mal que le sentaba lo del carnaval: «Es que no sé que diversión le encuentran a eso… Claro a mi es que no me gusta, lo del carnaval… ¡menos mal que son dos días». Reconozco, ahora después de tantos años, que a mi tampoco me ha gustado lo de vestirme de carnaval, aunque eso no quiere decir que no colaborase en preparar trajes y adornos para mis hijas que desfilaban en algunas recientes y afamadas comparsas de Villarta de San Juan, entre ellas Alcatus (Ahora, antes de que se pase más tiempo creo que es conveniente que hablemos del significado de esta palabra. Más o menos pasó que en uno de los patios donde se reunían para preparar los trajes había un cactus de buena forma y buenos pinchos. Alguien pasó cerca de él y otra comentó: ¡ten cuidado haber si te vas a caer «al catus»! y otra, juntando las palabras y sin matizar mucho la pronunciación le encontró una reminiscencia árabe o vete tu a saber y dijo: «¡Alcatus!» y en ese mismo instante decidieron que la comparsa tuviera ese nombre. Y desde ese año el grupo Alcatus de Villarta de San Juan, se hizo requeteconocido por los distintos certámenes de la provinvia, entre ellas el de la capital donde obtuvieron varios premios….) Pero, ciertamente lo más próximo de «ir vestido de carnaval», me ocurrió un año que me fui detrás de una pandilleja de amigos (Crescen, Luis, Miguel Angel, Vicente,..), de algunos años más que yo, vestidos como Dios les dió a entender; viendo que no les perdía paso, al final, medio enfadados me despacharon con cajas destempladas: ¡no vengas detrás de nosotros todo el tiempo que nos va a conocer todo el mundo..! Ciertamente no me lo tenían que decir dos veces pues, a mis años, no me encontraba muy cómodo con esa diversión. El carnaval de pueblos pequeños como Villarta de San Juan, solo tenía interés para los que se vestían; los que no se vestían de carnaval, por muy discretas que fueran las mascaritas, estaban expuesto a ser el blanco de bromas de todos los colores y algunas de muy mal gusto. Algunas de estas máscaras llevaban cacharros a modo de sprais, unos llenos de una mala colonia y otros con una mezcla de … orines y agua, o lo que fuera, con la que iban rociando a diestro y siniestro usando el líquido de marras, buscando a la persona mas acorde con la simpatía que le tuviesen a aquel que iba a ser «aromatizado»… Y no había forma de que cambiaran su forma de actuar, que para una vez al año,… y asignándose un derecho que ellos mismos se habían concedido, hacían de las calles de Villarta de San Juan su propio cortijo.

Supongo que es sobradamente conocido Plinio, el gran personaje tomellosero, creado por Francisco Garcia Pavón y que, como no podía ser menos, en razón de su cargo de jefe de la Policia Municipal, estaba presente en todos los acontecimientos de Tomelloso y como no, en sus carnavales. El referirme a este caso es por la sencilla razón de que en un de los relatos de García Pavón, El Carnaval, se describe una escena que mi padre me contaba del carnaval de Villarta, aunque en la historia de mi padre el personaje estaba encabezado por el hermano «Quirobilla». La historia según narra el escritor y, a su manera, me contaba mi padre era como sigue:

«Era un mozo fornido[en el caso de Villarta no se podía decir lo mismo de Quirobilla, el protagonista y su vestido de acuerdo con la historia era el de un chico con un babero que le cubría todo el cuerpo]. «Llevaba la cara manchada de pimentón…. El mascarón de las medias negras miró a un lado y a otro como para comprobar la importancia de su auditorio. Como le pareció suficiente, luego de carraspear, comenzó a dar grandes voces, al tiempo que mostraba un pequeño trompo o peón de color verde con una mano, y una guita trompera en la otra. Decía: » Acuda el respetable gentio, mozas en particular y verán como baila mi trompo trompero. Su rejo hace virutas en el corazón… Acudan, que nadie, que ninguna moza en particular quede repisa de no haber visto bailar a mi trompo trompero que en cada vuelta hace un novio y en cada cabeceo una boda… Acudan las mozas en particular a ver mi trompo trompero , verde como el perejil, picante como la guindilla, criador de novios, trompo del amor es el que yo bailo». Y así seguía su perorata llena de requiebros para su trompo verde… Y hablaba abriendo mucho su boca de grandes dientes amarillos que resaltaban en su cara pintada de almagre. La gente se detenía ante aquel hombrón. Y muchos que ya lo habían visto representar, se frotaban las manos esperando el desenlace. «-Ya verás, ya verás, el remate es la monda… Que pronto va a bailar y pronto van a sentir las que lo vean el rejillo de mi trompo escarabajearles en el tintero… y llegar los novios en racimos… y tendrán buena cuaresma, cuaresma de manos calientes«. En un balcón que daba sobre la esquina donde el mascarón estaba se asomaron dos señoritas. Cuando el mascarón las vio se dirigió a ellas: «Qué lástima que estéis tan altas, hermosísimas pichonas, no vais a poder ver desde ahí cosa buena , ni sentir el rejillo de mi trompo»…. Cuando los espectadores comenzaban a dar muestras de impaciencia por tan largo prólogo, el mascarón que había ido liando la cuerda en el trompo lentamente mientras decía sus últimas palabras, soltó el peón a golpe de tralla sobre el suelo de la acera. Y mientras la peonza bailaba sola arrimada a la pared y todos la miraban ahincadamente aguardando el tan voceado milagro, él añadió: «- Todavía no, señores; todavía no… Será ¡ahora! cuando yo lo tome con mi mano». Y con mucha ceremonia, doblando su tronco hacia delante cuanto podía, de manera que sus cortas faldas se subieron al cielo, se agachó a tomar el trompo, dejando a la vista de los espectadores aquella postrera y enorme parte de su trasero completamente desnuda… Las mozas comenzaron a gritar y a correr espantadas. Los hombres y chiquillos a reir . Las señoritas del balcón que no lo habían visto bien miraban hacia unos y otros por ver si sacaban la causa de aquella algazara. Hecha y deshecha su flexión, el mascarón, muy serio, tomó su trompo y se disponía a marchar entre la chiquillería que lo rodeaba, …sigue contando García Pavón que de pronto apareció Plinio, el jefe de la Policia Municipal y tomando del brazo al mascarón lo llevó a la cárcel del pueblo que estaba en el sotano del ayuntamiento.. [FRANCISCO GARCIA PAVÓN. Historias de Plinio. El Carnaval. Pág. 73 Obras completas. Tomo II 1ª parte. Biblioteca de Autores Manchegos. Diputación de Ciudad Real]

Nunca sabremos si esa historia ocurrió en Villarta de San Juan, como me contaba mi padre, y de ahí pasase a Tomelloso o, al revés, que ocurriendo en Tomelloso, la ocurrencia del mascarón viajase de pueblo a pueblo, esperando ver quien era el atrevido que se atrevía a contar la historia. En cualquier caso, ocurriese en Villarta de San Juan o en Tomelloso, es que, mucho tiempo después la historia llegaría a oídos de García Pavón quien la utilizó en la narración que hemos citado.

Después de la larga entrada hablemos de carnaval. Y es que el carnaval es, sin lugar a dudas, la fiesta más larga, más antigua, más universal y donde más condicionantes entran en juego de todas las fiestas existentes. Es la fiesta de referencia común a todos los pueblos y con esta fiesta se abría el ciclo de primavera, a fechar de la fecha variable de su celebración. En cualquier caso era y es una fiesta al margen de toda celebración religiosa. De cualquier forma el Carnaval está fijado en el tiempo por su terminación: El Miércoles de Ceniza, es decir, el inicio de la Cuaresma.

El carnaval es la fiesta que precede a la cuaresma y estrictamente se refiere a los tres días anteriores al miércoles de Ceniza: Domingo de Carnaval, lunes de Carnaval y el Martes de Carnaval (En Herencia, el Ofertorio, mas conocido por el Ofrecitorio). El nombre de Carnaval procede del italiano carne-levare, es decir llevarse la carne, dejar la carne. y aunque decíamos que el carnaval era una fiesta al margen de toda celebración y su celebración significaba trasgredir lo establecido, sobre todo teniendo en cuenta que por imposición de la Iglesia, a partir del miércoles de ceniza se entraba en una época de ayuno,abstinencia, sacrificios y reflexión. El diccionario de la RAE define así esta palabra: ( Del latín quadragesima) Es el tiempo de cuarenta y seis días que, desde el miércoles de ceniza, precede al domingo de Resurrección, y en el cual la Iglesia católica y otras de la Cristiandad preceptúan ayuno y abstinencia en memoria de los cuarenta dias que ayunó Jesucristo en el desierto. Las consecuencias de aquella celebración impuesta era entre otras la de no comer carne durante los viernes de la cuaresma. Algunos de los primeros cristianos llevaban la observancia de la abstinencia hasta el punto de durante esos días, especialmente los viernes, hasta el punto de no comer ningún tipo de alimento procedente de animales (parece ser que los «veganos» no han descubierto nada que ya en algún momento no se hubiese puesto en práctica). Sin embargo, esta disposición tenía un aspecto relativamente positivo, al cual nunca se le ha dado importancia y era el hecho de que el ahorro que suponía esa abstinencia se emplease en que los que no tenían nada pudiesen comer…. Dejamos este aspecto que nos llevaría muy lejos de lo que queremos explicar. En cualquier caso veremos más tarde la implicación que tenía este hecho del ayuno y la abstinencia con la «Adquisición» de la Bula de la Santa Cruzada.

En cualquier caso, al Carnaval de siempre se le han ido añadiendo días para celebrar actividades relacionadas con el carnaval. Por orden citemos los siguientes:

Domingo de las deseosa (Este año el 12 de febrero). Como su nombre indica aunque se queda corto, se le llamaba así porque («curiosamente solo mujeres») viendo ya el carnaval tan cercano no se podían aguantar el deseo de vestirse para el carnaval y en ese domingo empezaban a ver la ropa que tenían para vestirse ese año y el caso es que ya puesto «vamos a probárnoslo y salimos a la calle con él». Entrecomillaba el hecho de que se tratase exclusivamente de mujeres. No había domingo de los deseosos aunque con el correr de los tiempos, en Herencia (Carnavales de referencia al menos en nuestra comarca. Fiestas de interés turístico regional) se ha establecido ya el Sábado de los ansiosos ( curiosamente solo para hombres).

El Jueves Lardero (Este año el 16 de febrero). La palabra «lardero», (del latín lardo), significa pringue o manteca y por extensión se aplicó al tocino. La festividad de Jueves Lardero es un homenaje a la despedida de la carne. Antiguamente, aprovechaban el día de Jueves Lardero para darse un último festín comiendo carne de cerdo en abundancia, antes de la Cuaresma, en la cual tenían prohibido su consumo. Jueves lardero, longaniza en el puchero. La costumbre más generalizada en España era merendar carne de cerdo acompañada de pan y huevo o tortilla. También era tradición hacerlo en el campo y con amigos o familia. En muchos pueblos donde aún se conserva la tradición del Jueves Lardero se come chorizo o longaniza, en concreto en Calatayud se celebra comiendo «el palmo de longaniza. [En Aragón se sigue celebrando el Jueves Lardero y recordando que Inma Moreno Menchero vive en la Almunia de Doña Godina, la he llamado y brevemente me ha hablado del Jueves Lardero y la longaniza. Jueves Lardero y «la longaniza al puchero» pero me interesaba que me comentase lo de «El Palmo» que hace referencia al hecho de cortar la longaniza por palmos -distancia que hay desde el extremo del pulgar de una mano abierta y extendida hasta la yema del dedo meñique- con ese trozo, supongo que asada, se hace un bocadillo y lo celebran en el Palmo. Para los de Almunia un abrazo y tratarnos bien a Inma, la de Javi Zabaleta, manchega de Villarta de San Juan]

El jueves Lardero la longaniza al puchero.

Caldote con huevos tontos. Preparación para el día de Jueves Lardero, realizada por Pilar Martínez Lorén (Gentileza del Blog L’Albada de La Almunia de Doña Godina )

El domingo y Lunes de Carnaval, sobre todo el domingo era antiguamente el dia de salir vestido o sin vestir ( de máscara, claro). Pero sobre todo el día importante era el Martes de Carnaval.

En este día entra en el Carnaval la historia de como la Iglesia sin desearlo ha sido la gran protagonista de la pervivencia del Carnaval: Las Cofradias de Animas. Para no repetir la trascendencia de estas cofradías de Animas os remito al «poyete»: https://josemunozvillaharta.blog/2018/08/30/la-hermandad-y-cofradia-voluntaria-de-las-animas-bienes-estructura-y-obligaciones-

En él se decía entre otras cosas:

el estado general de cofradias  manifestativo de las que se hallan en esta provincia con distinción de Partidos y Pueblos: de las funciones que cada una celebra annualmente: sus gastos; rentas propias y tribunales con cuia intervencion se hallanerigidas o aqprovadasy expresivo tambien en la misma forma de las demas funziones sueltas que se hazen sin establecimientos, ni titulo de Cofradías, Hermandades o Congregaciones. Executado todo en virtud de ordenes de el Exmo. Sr. Conde de Aranda, Capitán General de los Reales Exerzitos, y de Castilla la nueva, Presidente del Consejo, sus fechas 28 de septiembre y nueve de octubre de 1770, según de lo que resulta de los documentos recogidos de la Provincia en la forma siguiente.»

En este expediente, referido a la Provincia de Toledo, se citaba el Partido de Alcázar de San Juan -al cual pertenecía Villarta- y refiriéndonos concretamente a la Congregación, Cofradía o Hermandad de Ánimas, encontramos las siguientes, en el Priorato de San Juan :

  • Arenas de San Juan:

Congregación de hombres y mujeres con destino a sufragios para las Ánimas. Nº de Cofradias: 2 (una de hombres y otra de mujeres); Nº de Funciones: 1; Gastos anuales: 737 reales de vellón. [Este caso de Arenas con dos congregaciones de ánimas, una para hombres y otras para mujeres es realmente curioso en la época que estamos tratando]

  • Argamasilla de Alba:

Cofradía de Ánimas. Nº de Cofradías: 1 Nº de funciones:1 Gastos anuales: 1500 reales. Aprobación: Eclesiástica.

  • Camuñas:

Función de Ánimas. Nº de Cofradias: 0; Nº de funciones: 1  Gastos anuales: 333 reales de vellón. Rentas propias: 333 reales de vellón. Aprobación Eclesiástica.

  • Consuegra:

Cofradía de Ánimas de la Parroquia de Santa María. Nº de cofradías: 1; Nº de funciones: 2; Gastos anuales: 7600 reales de vellón; Rentas Propias: 350 reales; Aprobación: De la Religión de San Juan.

Cofradía de ánimas de la Parroquia de San Juan. Nº de Cofradías:1; Nº de funciones: 2; Gastos anuales: 13923 reales de vellón. Aprobación: De la Religión de San Juan.

  • Herencia:

Congregación de Ánimas. Nº de Cofradías: 1; Nº de funciones: 25; Gastos anuales: 1615 reales.

  • Madridejos:

Cofradía de Ánimas Nº de Cofradías:1; Nº de Funciones:2; Gastos anuales: 900 reales de vellón.

  • Quero:

Cofradia de Ánimas. Nº de Cofradías:1; Nº de Funciones: 3; Gastos anuales: 900 reales.

  • Turleque:

Cofradía de Ánimas. Nº de Cofradías: 1; Nº de funciones: 2; Gastos anuales: 775 reales; Rentas propias: 175 reales; Aprobación: Eclesiástica.

  • Urda:

Cofradía de Ánimas. Nº de Cofradias: 1; Nº de funciones: 2; Gastos anuales: 659 reales; Aprobación: Eclesiástica.

Cofradía de Ánimas con el titulo de Derrotados. Nº de Cofradías: 1; Nº de funciones: 2; Gastos anuales: 605 reales; Aprobación: Eclesiástica.

  • Villarta de San Juan:

Cofradía de Ánimas: Nº de Cofradías: 1; Nº de funciones: 2; Gastos anuales: 600 reales.

  • Villafranca de los Caballeros:

Hermandad de Ánimas. Nº de Cofradías: 1; Nº de Funciones: 1; Gastos anuales: 245 reales.

La relación anterior es del año 1770.De todas estas Hermandades o Cofradías dos de ellas son fundamentales en el desarrollo de los carnavales: la Hermandad de Ánimas de Villafranca de los Caballeros y la Congregación de Ánimas de Herencia. Ellas son las protagonistas de los carnavales de los citados pueblos y en la actualidad antes del desfile tiene lugar el Ofertorio (Ofrecitorio, decían antes en Herencia) con los distintos gremios y abriendo la comitiva el pendón de ánimas. En los años posteriores a la Guerra Civil, al menos estos dos pueblos, pudieron conservar la celebración de los carnavales aunque estos perdieran su tradición en aquel momento y se convirtiesen en desfiles de peñas y asociaciones, no solo de los dos pueblos sino de otros cercanos. En los años que hemos indicado posteriores a la guerra y cuando definitivamente los carnavales se prohibieron, se celebraron unos carnavales atípicos, ya que a pesar de la prohibición grupo de mascaras salían a la calle mientras las fuerzas de orden público tenían la orden de impedir su presencia; durante esos años de carnaval de «alta velocidad» en el cual, aunque no a gusto, siempre ganaban las «mascaras» se fue perdiendo la esencia de carnaval popular. El grito de «que no me conoces» se perdía por las calles de los pueblos en los que los municipales terminaban reventados de correr tras ellos y maldita sean las ganas de intentar adivinar quienes iban tras los que iban vestidos. Hay un intento por parte de todos los ayuntamientos de recuperar la esencia de los carnavales pero algunos años, como este, trás el recorrido de los grupos participantes iba un gran número de personas, fundamentalmente, mascaritas que sin tener nada que ver unos con otros hizo recordar los años en que no hubo carnaval.

El entierro de la Sardina. Y llegaba el miércoles de ceniza. El carnaval da el último coletazo mientras la Cuaresma, su inicio, va empujando a los que van detrás de la sardina en su entierro. Respecto a este punto muchos nos hemos preguntado ¿A cuento de que viene ese entierro?. ¿Simboliza algo la sardina? Teóricamente no, pues precisamente ese día el miércoles de ceniza comienza el periodo de algo más de cuarenta días, durante los cuales el pescado, en concreto el bacalao y la sardina van a ser protagonistas. ¿Pero por qué se quema una sardina? La historia es, como casi siempre, más sencilla y más clara.

El hecho es que una disposición por parte de la Iglesia, imponía el ayuno y la abstinencia de comer carne durante los días de cuaresma. Era su opinión que en esos días de dolor que se avecinaban, los católicos (por los años en que esto se produce todos en España eran católicos) estaban obligados a ayunar, excepto gente mayor, enfermos y niños de menos de 14 años. El hecho de ayunar no creo que fuese una novedad ya que serían muchos los españoles a los que no hacía falta que se les obligase a ayunar pues raro sería el día en que muchos tomaban algo, no solo en el desayuno sino durante el resto del día. El problema es que se les prohibía también comer carne, si se podía comer pescado pero carne ¡ni hablar!. Esta medida para la gente que vivía a orillas del mar no les causaría mucho problema ¿Qué carne iban a comer?… Pero gente del interior, así como en Villarta ¿Que pescado iban a comer? El río Gigüela llevaba entonces agua y algo parecido a las truchas posiblemente podrían tomar pero no daba para mucho el río. La comida empezó a ser la de potaje de garbanzos y judías con alguna verdura y un poco bacalao «desalao» muy «desmigaico» para que durase. La gente se fue acostumbrando y poco a poco el «potaje de cuaresma» fue tomando fama y raro es el restaurante actual que en estas fechas no presenta su potaje con ciertas innovaciones, aunque otros, indican que en su bar o restaurante se sirve el antiguo y clásico potaje de cuaresma. ( Casi con toda seguridad por otro lado alguna que otra liebre o conejo de los encinares aledaños a nuestro pueblo y dentro de un silencio sepulcral, sustituiría al bacalao. Pero ese es otro tema. Y vuelvo a preguntar y entonces ¿por qué se quemaba precisamente una sardina?. Pues ocurrió ( para eso hay reyes y políticos) que el rey Carlos III, en el año 1768, ante la posibilidad de que Madrid quedase desabastecida de pescado durante la Cuaresma, encargó un gran cargamento, a los puertos del norte, de sardinas. Y se hizo efectivo. Pero el viaje era largo y con problemas y cuando llegaron a Madrid, el pescado iba despidiendo ya un «tufillo» no muy agradable. Y mientras fueron pasando los días, el olor era insufrible, razón por la cual en ese primer día de cuaresma, el miércoles de ceniza ya no había sardina que pudiera comerse, razón por la cual, Su Majestad, ordenó que se quemasen y los restos se cubrieran con tierra. El entierro, según la tradición, tuvo lugar en la ribera del Manzanares, en algún punto cercano a donde hoy se sitúa la Fuente de los Pajaritos de la Casa de Campo. La Alegre Cofradia del Entierro de la Sardina, es la encargada todos los años de leer el pregón en la Plaza Mayor de Madrid y por la tarde, partiendo de la ermita de la Ermita de San Antonio de la Florida, y acompañado del pasacalles de Gigantes y Cabezudos se lleva hasta el lugar hasta el lugar en el que recibe sepultura: un acto en el que además del pescado se pretende enterrar también, simbólicamente, el pasado, y dar por finalizado el carnaval.

En el próximo poyete hablaremos de las disposiciones de la Iglesia sobre La bula de la Santa Cruzada y los detalles por los que se hizo oficial la prohibición de los carnavales por los año 1958, aproximadamente. En la prensa provincial de la época,el Diario Lanza, se publicaron artículos y notas oficiales sobre esta suspension que, vistos ahora dan para un buen rato, -iba a decir de buen rollo- pero creo recordar que no fue esa la sensación: Algunos títulos decían: ¿Todavía hay carnaval? de C.G.G.; Ni ñoños, ni paganos, artículo de Carlos María San Martín y el oficial Circular del Gobierno Civil sobre el Carnaval, del Gobernador Civil, José Utrera Molina. Están pendientes fotografías

José Muñoz Torres, Cronista oficial








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