Juan de Villanueva, por Francisco de Goya (Museo del Prado)
Ahora que la torre del reloj ha descubierto su antigua armazón, el como fue construida, me he encontrado con un entrañable librillo que no es que nos explique nada concreto de nuestra torre sino los entresijos del arte de Albañileria, concretamente el título dice: «ARTE DE ALBAÑILERIA E INSTRUCCIONES PARA LOS JÓVENES QUE SE DEDIQUEN A ÉL», por el célebre Don Juan de Villanueva, publicado en Madrid en el año 1866. En el prólogo de esta obra el arquitecto dice: » No pretendo establecer máximas, reglas, ni preceptos que liguen y limiten el espíritu de cada uno. Refiero lo que he conocido, y he visto ejecutar, mas arreglado a la razón, y a los buenos principios que nos enseñan los más excelentes maestros». Y además, simplemente como curiosidad, hemos de señalar que Juan de Villanueva conocía profundamente las construcciones que existían en Villarta de San Juan, dada su condición de Arquitecto del Gran Priorato de San Juan, en la época en que se había construido la torre del Reloj. Por otro lado su presencia esta corroborada en varios documentos de la época, sobre todo relacionados con las obras de reforma de la Iglesia Parroquial, obras como otras muchas incluidas las del cementerio en que actuó de ayudante su discípulo José de Palacios. No podemos confirmar, ni mucho menos, que interviniese en la ejecución de la misma, cosa casi segura que no realizó al ser la misma construida por el propio ayuntamiento de Villarta de San Juan por un importe de 30 a 40 mil reales.
Asi que en palabras de un ilustre arquitecto quiero que este «poyete» recuerde a todos los que se han dedicado a él, lo que supone el imprescindible arte de la Albañileria «que es el arte de construir el todo o parte de un edificio, colocando, entrelazando y uniendo los materiales que se usa, de modo que formando un cuerpo unido, se mantenga a si mismo y pueda obtener el peso proporcionado que se les cargue»
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Herramientas de albañileria (Fig. II. pág. 19 de la obra que estamos describiendo).
Las herramientas más comunes que se utilizaban en el siglo XVIII eran:
Paleta (Fig. 1) Es una chapa de hierro o acero templado en forma de un triángulo isósceles, de cuya base sale una varilla que forma un codillo. Sirve para sacar la mezcla de los cubos, echarla, introducirla o extenderla sobre los materiales que van colocando para tirar y pegar la mezcla contra las paredes y guarnecerlas.
Llana (Fig. 2) Se compone de una chapa de hierro templado, de figura de un paralelogramo o cuadrilongo, en la cual, por un de sus lados se fija un mango para su manejo. Con la llana se tiende la cal y yeso con facilidad y ligereza, y sirve especialmente para los guarnecidos y blanqueos; es mas general su uso en España que en otros paises.
El pico (Fig.3). Es un instrumento que por un lado hace de martillo, y por el otro tiene una punta acerada. Sirve para romper y arreglar las piedras toscas de mamposteria a la forma que quiere darlas.
La piquetilla(Fig. 4). Es un martillo que por un lado tiene un boca para golpear mas larga que la de los demás martillos, llamado «cotillo» y por el otro lado forma otra boca cortante, a modo de azuela de carpintero. Sirve este instrumento para clavar clavos, romper piedras y ladrillos y la parte cortante para cortarlos y reducirlos a la forma que se necesiten; bien que para este fin suele usarse otra herramienta llamada «alcotana», la cual forma la figura de T, cuyo cuerpo es el mango y los brazos son dos bocas cortantes opuestas una a otra, la una en forma de azuela y la otra como hacha, y con esta se corta el ladrillo como se desea.
La cuerda (Fig. 5) sirve al albañil para atirantar las miras, estacas o puntos que se les da para la dirección y grueso de los muros o paredes que se construyen y le sirve de marca y gobierno para colocar los materiales que no sobresalgan ni se retiren de la dirección que ella señala, asi en el plano que se forma perpendicularmente por los lados de las paredes llamados paramentos o paños como en el horizontal que va formando los enrases y niveles de las altura señaladas.
Clavos (fig. 6) Sirven para asegurar las cuerdas cuando faltasen las miras o estacas.
La plomada (Fig. 7) Es un instrumento compuesto de un peso en forma de cilindro, una cuerda y otro cuerpo de madera de forma arbitraria, pero de grueso igual al del peso que se llama «nuez o brújula». El peso está asegurado a un cabo de cuerda, la cual entra en la nuez por un agujero que tiene en medio y se sube y baja a la altura que se quiere. Sirve este instrumento para mirar y ver si la obra va a plomo y con la dirección precisa para que se sostenga,
Regla (Fig. 8) Necesita el albañil de una o de más reglas. Es un instrumento de madera de linea recta por sus cuatro planos o caras y sirve para reconocer si la obra que se está haciendo va en linea recta. Para asegurarse de esto se coloca perpendicularmente y perfectamente a plomo afirmando en ella la cuerda y se gobierna por ella o poniendola en horizontal sirve para determinar el grueso de la pared. En esta regla deben estar señaladas la vara, pies, dedos para tener prontas estas medidas cuando se necesitan.
Nivel (Fig. 9). El nivel que usan los albañiles se reducen a dos reglas de madera, largas, como de media vara o un pie, mas anchas que gruesas unidas por un extremo de forma que hagan un angulo recto ; al comedio de ellas, pasa de pate a parte, formando la base de un triángulo otro pedazo de regla que las sostiene y asegura y en ellas de medio a medio se señala una linea perpendicular que la divide en dos partes iguales, y aun algunos suelen hacer las divisiones correspondientes a los grados de un cuadrante de circulo. En el extremo superior del triángulo se asegura una cuerda con su plomada.
Esparabel ( Fig. 10) Es una tableta cuadrada de madera de un pie o poco menos, con su mango fijo, perpendicularmente en el centro de uno de sus planos. Sirve para tener Una porción de cal o yeso. El albañil la ase con la mano izquierda y con la derecha toma en la paleta la porción necesaria y la arroja donde conviene.
Fratas (Fig. 11) Es una tabla pequeña con su mango en medio de uno de sus planos; sirve para igualar, fregar o alisar los planos guarnecidos de cal dejandolos con una tez no demasiado tersa, sino algo aspera y propia para recibir después el enlucido y blanqueo.
Talocha (Fig.12). Es un plano asimismo de madera, de pocos dedos de ancho pero de algo de mas de dos pies de largo con un mango en medio. Sirve para los mismos usos que las fratas.
Mirando los anteriores «poyetes» he vistos que en el llamado aperos, enseres y herramientas, todo el iba dirigido a las labores del campo, olvidando citar la de otras profesiones, asi que de momento hablamos de la de los albañiles y después, en otros, iremos hablando de las herramientas o útiles de otras profesiones: carpinteros, carreteros, herreros, etc. Termino hoy, un poco apurado de tiempo, con algunas otras láminas del librito de Juan de Villanueva.
José Muñoz Torres, Cronista oficial.