Posiblemente, lo que faltaba por decir en el anterior «poyete» es que muchos en la guerra de la Independencia se creyeron muy precisos para dar órdenes y consejos a los militares que bien o mal, -a la vista de sus resultados-, se esforzaron en la lucha con pocos beneficios personales qué conseguir y si mucho que perder. Y pienso que en aquella ocasión los que daban órdenes eran, la mayoría, gente bien conocida por sus apellidos pero quizás no tanto por sus obras o conocimientos. En el enfrentamiento, verbal, entre los dos generales, Cuesta y Venegas, que comentábamos, uno y otro recibían órdenes de la Junta Suprema Central, que actuó, en un principio, como un Consejo de Regencia, elegidos por unas Juntas Provinciales compuestas, en muchas ocasiones, por «vete tu a saber quien». Cuando se inicia en serio la Guerra de la independencia, La Junta Suprema, creada en Aranjuez, había «cogido el portante» y se desplazó a Sevilla, dando órdenes sin parar incluso durante su traslado a Cádiz, y moviendo a las tropas de un lado para otro sin tener en cuenta que en una guerra siempre es conveniente tener un Estado Mayor competente que dirija las actuaciones. Quizás aquella guerra pudo tener otro más rápido desenlace pero fueron muchos los que se dedicaron a meter la nariz en asuntos donde, por su formación y conocimiento, no la debían haber metido. Lo peor no fueron que la metiesen sino que no supieran como sacarla. Y así nos fue.
Francisco Saavedra, primer presidente de la Junta Suprema Central, por Goya (Museo del Prado)
Vista la Guerra desde Villarta, fue relativamente corta, pues el continuado paso de gente de guerra, al principio, y las posteriores escaramuzas, consecuencia de una guerra total y con Villarta en pleno camino, terminó a finales de 1808 cuando se inició la batalla de Uclés y como consecuencia de la derrota de las tropas españolas en ella, la destrucción total de la villa.
El General Dupont. Detalle del cuadro «La rendición de Bailen», de Casado del Alisal. Museo del Prado.
El oficial Mr. Rogniot que se adelantaba al General Dupont para informar de la situación del camino, emite informe sobre la situación del puente de Villarta del cual dice » que puede seer posición muy fuerte en este punto». J.A. GARCIA-NOBLEJAS en su obra que en lo referente a nuestro pueblo es muy completa, -aunque lo primero para él fuese Manzanares-, dice que el informe del oficial francés añade que «las cinco leguas de camino entre Villarta y Manzanares cruzan un llano inmenso, poco cultivado, estando la carretera sin firme alguno, pero muy practicable..» Sin embargo esta afirmación tiene algunas inexactitudes o al menos unas afirmaciones no muy bien explicadas que afectaron mucho a los pasos de los ejércitos por nuestra zona y que luego posteriormente, -después de la guerra de Independencia-, serían puestas en evidencia por las partidas carlistas de Don Basilio , Palillos y Orejitas, en su continuo ir y venir sin que se les pudiese poner fin, fácilmente, a sus correrías. El terreno es efectivamente llano, si exceptuamos algun ligero desnivel como podía ser la llamada cañada de «Las Odias» ( Cañada de Laso Diaz). A partir de ese lugar y, al menos hasta Venta Quesada o Venta Nueva del Rey, se extendía desde el castillo de Cervera, majestuosa la extraordinaria dehesa de Villacentenos, bien cubierta de encinares y mata parda, atravesándola de norte a Sur la Real Cañada Soriana Oriental de Ganados que servía, al mismo tiempo de camino real para Andalucía, paralizadas las obras previstas en el proyecto de Bernardo Ward y cuya obra más importante iniciada en 1806 era el puente de Villarta (cuyos restos conocemos actualemente como «los malecones»). El camino era, -por lo que dicen los numerosos viajeros que reseñaron sus viajes por nuestra zona-, relativamente áspero de recorrer, aunque sin problemas para circular por él dada la anchura de l mismo de unos 80 metros. Sea como sea por él circularon viajeros ilustres que «huían de la quema» que ya se preveía desde los primeros meses de 1808 y de forma más global, tras el alzamiento popular del 2 de mayo. Las fuerzas francesas se habían ido localizando en Toledo, más las justas que quedaban en Madrid, para mantener quieta a la población con gran agresividad. El General Dupont recibe la orden de marchar con sus tropas hacía Andalucía y el movimiento de las distintas divisiones se hace con un día de intervalo entre ellas. El informe de un oficial francés lo expresaba así: «Asi, pues, conforme al cuadro de itinerario correspondiente, llegarían las tropas a Villarta por el siguiente orden: el 25 ( de mayo) la caballería ligera ( la división del General Fresia); el 26 el cuartel General y la primera brigada de infanteria (general Pannetier); el 27 la segunda brigada de infanteria ( General Chabert); el 28 la brigada de dragones (caballeria) y los marinos y el 29 los regimientos suizos. Todas estas unidades llegarían a Manzanares un día después..» [J.A. GARCÍA-NOBLEJAS. Manzanares, Guerra de la Independencia. Cita una nota de Las Memoires du general Vedel]. Algunos de estos ejércitos hacía descanso, durante un día, en Villarta.
Itinerario de las tropas francesas desde Toledo a Andalucia ( Fuente: J.A. GARCÍA-NOBLEJAS. Manzanares: Guerra de la Independencia)
Si algo no han tenido en cuenta muchos de los tratadistas que escribieron artículos, memorias o libros sobre estos momentos, aún de no guerra, que es la marcha de invasión a Andalucia era el coste que la misma y su vuelta y el continuo «ir y venir» de ejércitos franceses o españoles es la situación de Villarta y lo que esta situación significaba para sus habitantes. En efecto, el camino hacia Andalucia, al menos hasta Despeñaperros, podía eludir el paso, siempre ingrato para los ejercitos, por poblaciones con ciertos problemas para los soldados y con mucho daño para los pueblos y sus habitantes. A este respecto; Muñoz y Maldonado comenta el paso de las tropas francesas antes citadas por la Mancha: » Dupont atravesó las llanuras de la Mancha, sin mas oposición que la que le presentaron los habitantes de la villa de Valdepeñas, que en el 5 de junio por medio de un ingenioso ardid lograron detener dos dias la marcha de un ejercito acostumbrado a vencer a los guerreros del norte. Al abrigo de las casas sostuvieron un terrible fuego contra los franceses, que en vano intentaban penetrar por las calles que se hallaban atascadas con carros, maderos y piedras. El suelo se hallaba sembrado de tachuelas, clavos y puntas agudas, que encubiertas con la arena, inutilizaron gran parte de la caballeria, teniendo que desistir vergonzosamente, y continuar su marcha a Sierramorena» [MUÑOZ Y MALDONADO, JOSE. Historia política y militar de la guerra de la independencia de España contra Napoleón Bonaparte desde 1808 a 1814, Madrid, 1833]
Dice el autor que los franceses «tuvieron que desistir vergonzosamente», principalmente por la única razón de que su misión no era ir conquistando, uno a uno, todos los pueblos por donde pasaban sino llegar lo más rápidamente posible a Andalucia. La escena o «batalla de Valdepeñas» fue un acto heróico pero alocado de sus habitantes, en contraposisición del pragmatismo de los habitantes de Manzanares ( quizás de estas dos acciones subsiste el mal recuerdo entre ambos pueblos y el apelativo de «franceses» con que los de Valdepeñas, en algunos momentos, llaman a los de Manzanares. La contesacion de la gente de Manzares no es de grata reprodución ). En cualquier caso los ejércitos no tenían que pasar necesariamente por esos pueblos. El caso de Villarta, -dejando a parte su pequeñez, comparada con los dos pueblos antes citados-, era totalmente distinto. Los ejércitos, fuesen cual fuesen, tenían que pasar necesariamente por el centro, por la calle Real, de la villa. Fueran o vinieran, debían pasar por allí. Y su paso siempre sería temible: por la venganza en la derrota o la alegría por la victoria, los ejércitos pasaban asolando, exigiendo y expoliando, sin tener en cuenta si eran compatriotas o enemigos; los pobres niños, mujeres y ancianos que en él quedaron no podía seguir en Villarta. Alguien terminada la guerra echaría en cara a los villarteros esta «huida».
Esta primera fase de la guerra de la Independencia en la Mancha es quizás la mas nefasta, porque es la fase de una guerra abierta que terminará, para nosotros, con el desastre de la batalla de Ocaña, aunque el momento más temible de todos para Villarta y otros pueblos fue el término de la Batalla de Uclés. En la campaña de 1808-1809, el pueblo que va a soportar la mayor presión dada su situación centralizada va a ser Madridejos (o Madrigalejos como le denominan muchos de los autores franceses que hablaron de este pueblo), muchos de los partes están escritos desde dicha población y gran parte de los movimientos de tropas tienen como punto de destino Madridejos, bien en los repliegues o bien como base en los avances. A la literatura histórica, sin embargo, siempre le ha gustado crear leyendas sobre personajes o poblaciones y en esta guerra se crearon leyendas que engrandecieron poblaciones en detrimentos de otras. [A uno de los pueblos mas afectados de nuestra zona, como Manzanares, parece ser que la Junta Central o Suprema de Sevilla, le concedió el titulo de Fidelisima Villa en plena guerra ( concretamente el día 7 de enero de 1809), titulo que aparece en los registros parroquiales con fecha 9 de enero de 1809 en el matrimonio celebrado entre José López Camacho y Juana Guijarro, siendo theniente de cura el Presbítero Antonio de Lara; su uso fue provisional ya que desde abril de ese año se deja de utilizar hasta que se comienza a utilizar de nuevo el 22 de marzo de 1813. En cualquier caso la vida religiosa sigue normal, incluso aquella que conlleva celebración social como son los matrimonios, celebrándose durante ese año de 1809 cerca de 40 matrimonios. El hecho de ser nombrada capital del departamento o prefectura de la Mancha, suavizó un poco su situación respecto a la de otros pueblos. Ya se sabe aquello de «los duelos con pan son menos»]
El «poyete que empezamos hablando de una disputa o discusión entre dos generales terminó haciendo hueco, mejor dicho mella, en los verdaderos responsables de esas acciones o batallas perdidas y que a la vista de su actuación creyeron verse en la necesidad de explicar su actuación en un opúsculo con el título de «Exposición que hacen a las cortes generales y extraordinarias de la nacion española, los individuos que compusieron la Junta Central Suprema gubernativa de la misma, de su conducta en el tiempo de su administracion». El citado libro, -por llamarle de algún modo- fué editado en la Imprenta del Estado Mayor General, en Cádiz en 1811, estaba firmado en Cadiz por El Marqués de Astorga // José García de la Torre// Martin Garay//Tomás Veri// CArlos Amatria// Miguel Valanza//Lorenzo Bonifaz// Feliz Ovalle // Pedro Rivero // Marqués de Campo Sagrado y Francisco Castanedo. El citado libro contiene un ataque exarcebado hacía el General Cuesta, al que hacen responsable de todo una vez que ha muerto ya que la firma del citado documento, que después se incorporó al libro, es de 1 de febrero de 1812.
Fragmento del escrito remitido por miembros de la Junta Central con fecha 1 de febrero de 1812 y dirigido a los miembros de las Cortes de Cádiz
Y me preguntaréis que tiene todo esto con Villarta y con el título del «poyete», pues verdaderamente, despúes de tanto tiempo, más de 200 años no tiene importancia alguna pero desde un punto de vista de la historia aunque sea nuestra sencilla historia, si tiene mucha importancia porque quizás asi se pueda comprender la actitud de muchos en nuestra actual situación que quieren llevarse la fama mientras la mayoría de la gente carda la lana. Y vamos a introducir un poco el aspecto histórico de la guerra de la Independencia y como se recompensó la actuación de nuestro pueblo. El hecho de estar situado en el camino real de Andalucia y con un gran puente, -no mucho más estrecho que los entonces existentes-, significó que en el periodo de 1808-1809, período de guerra intensa y efectiva en la Mancha, Villarta fuese paso obligado para el grueso de las tropas españolas o francesas que que iban o venían según los avateres de la guerra. El libro que estamos citando de J.A. GARCIA NOBLEJAS, es el que contiene información detallada, porque la mayoría de los trabajos realizados en España pasan de largo, ya sin necesidad de tener que utilizar el viejo puente que aún se mantiene en un espectacular buen estado, a pesar de que el río Gigüela, haya perdido todas sus aguas, flora y fauna. Eso si, todos citan el hecho que algunos tratan como batalla de Villarta donde perecieron mas de 200 soldados franceses. El citado GARCIA-NOBLEJAS, habal de la sangrienta acción de Villarta, aunque yo prefiero llamarla «la vergonzosa acción de Villarta» ya que se trataba de un convoy con 150 enfermos. Y esta y poco más es de lo que se habla de Villarta durante esa guerra. Pero hubo mucho más y con un trato posterior poco edificante (parece ser que después de la guerra nuestos antepasados tuvieron que «cardar mucha lana» para salir adelante. El informe que de esta acción remite el comandante Plique a Madrid es el siguiente: «Mi general. Un convoy de enfermos de diez y ocho carruajes, cuarenta coraceros a pie, mi descubierta compuesta de treinta hombres y tres oficiales, han sido esta noche a su salida de Villarta envueltos y masacrados por un conjunto de 800 a 900 hombres de mala vida tanto de Villarta como de los pueblos vecinos. Todos estaban perfectamente armados y entre ellos un centenar a caballo. Las mulas y carruajes, los fusiles y cartuchos, los despachos, los vestidos y en general todo cuante tenían nuestros desgraciados soldados ha sido robado.Uno solo entre ellos respiraba aún al momento en que mi nueva descubierta llegó para relevarlos y ha podido contar al oficial todas las circunstancias de esta masacre. Los bandidos estaban aún reunidos a la entrada de Villarta, él era demasiado débil para atacarlos y se replegó a Madridejos; llevaba vuestro parte y el de S.E. el duque de Róvigo para el General Dupont.» [J.A. NOBLEJAS. Manzanares: Guerra de la Independencia.- I.E.M. Ciudadn Real]
En cualquier caso, la norma general es realzar las acciones espñaolas por muy aisladas que sean y quitarle importancia a la de los franceses. Esta claro que la derrota de Dupont en Bailen, hizo que los franceses se replegasen hacia Madrid, aún manteniendo la base de operaciones de Madridejos, fundamentlament, al menos hasta el incio de las grandes batallas de la zona, Hasta entonces el paso de Despeñaperros para pasar a Aandalucia siempre estuvo presente y por ello el trafico de tropas era constante por el camino real. En el mes de diciembre se preparaba ya una ofensiva, estando encargado de ella el General Latour-Maubourg, quien desde Madridejos hace descubiertas y reconocimientos en Villarrubia de los Ojos, Villarta y Manzanares. El 18 de diciembre de 1808, el mariscal Bessieres, recibe órdenes directas de Napoleón, desde Chamartín. El subteniente Delamechón manda el informe de la «Decouverte sur la route de Manzanares el 17 de décembre jusqu’au 18 inclus: Mon General J’ai l’honneur de vous J’ai l’honneur de vous rendre compt que, conformement a vos ordres en date du courant, je suis parti de Madridejos avec un détachement de 50 hommes à l’effet de pousser une reconnaissance sur la route et au delà de Manzanares. Au village de Vintes-del-Puerto, èloigné d’ènvirons trois lieues de Madridejos, j’ai trouvé tous les habitants tranquiles. Au village de Villaharta, se trouve un pont en deçà, trés long et t´res etroit; de chaque còté de ce pont sont des marais et de joncs, au milieu desquels coule un ruisseau; environ 80 paysans armés et 12 cavaliers y ètaient et se sont enluis a mo approche, je n’ai pu les joindre. Conformémemnt a vos ordres, j’y ai laissé un brigadier et 4 hommes, et j’ai continué ma reconnaissance. Des lors j’ai eté continuellement còtoyé et devancé par 4 cavaliers ennemis; a deux lieues de Villaharta, je rencontrai un peloton de cavaliers ennemi, fort dénviron 20 hommes, qui s’enfuit a mon approche, se retira derriere une maison; cette maison est la poste aux chevaux, designée sur la carte sous le nom de Venta de Quesada, sise sur la route et d’ou je le débusquai. En avançant sur ma droite, je vis se formner plusieurs pelotons de cavalerie que je fis reconnaitre, mais qui n’attendirent pas l’arrive de ma reconnaissance. Sur ma gauche filaient des cavaliers par quatre et par six. Je ne m’arrètai point pour cela et voulus, conformement a vos ordres, m’approcher le plus possible de Manzanares. Me trouvant ensuite a trois quarts de lieu de Manzanares un peloton de 40 cavaliers se presenta sur la route; trois pelotons d’environ 20 hommes chacun se formerent sur ma gauche et toujours d’autres petits pelotons marchaient sur ma droite et montraient envie de me cerner.J’envoyai un brigadier et 4 hommes reconmaitre les trois pelotons qui etaient sur ma gauche; au meme moment se presente une tète de colonne ayant le front d’un escadron; J’envoyai le mariscal des logis Canneau et 7 hommes pour la reconnaitre, lui recommandant de la prudence et de la idiligence; la nuit approchait, les pelotons de gauche s’etant retirés, le brigadier se joignit au maréchal des logis qui partit de suite au trot pour reconnaitre la colonne qui se montrait. J’attendis en vain son retour pendant une demi-heure, n’entendant aaucuns coups de feu; la nuit tombait et l’ennemi me pressant, je me dicidai a faire ma retriate, crainte d’ètre prevenu para l’ennemi au pont de Villaharta. Je fis deux haltes en route en attendant ñe retour du marcehal des logis; il ne revint pas, ni aucun dragon de sa reconnaissance. Je rencontrai, en me retirant, le brigadier qui etait reste au pont; il me dit qu’il avait eté obligé de se retirer ayant eté attaqué para les pausans armés. Je repassai cependant le pont sans y rencontrer personne». [BALAGNY. Campagne de Lémpereur Napoleón en Espagne (1808-1809) BnF GALLICA, PARIS Traducción: Tengo el honor de informarles que, de acuerdo con sus órdenes fechadas en la fecha citada, dejé Madridejos con un destacamento de 50 hombres para impulsar un reconocimiento en la carretera y más allá de Manzanares. En el pueblo de Ventas del Puerto, a unas tres leguas de Madridejos, encontré a todos los habitantes tranquilos. En el pueblo de Villaharta, hay un puente debajo, muy largo y muy estrecho; a ambos lados de este puente hay marismas y juncos, en medio de los cuales corre un arroyo; Cerca de 80 campesinos armados y 12 jinetes estaban allí y huyeron cuando me acerqué, no pude unirme a ellos. De acuerdo con sus órdenes, dejé allí un brigadier y 4 hombres, y continué mi reconocimiento. Desde entonces, he estado continuamente codo con codo y me han superado 4 jinetes enemigos; A dos leguas de Villaharta, me encontré con un pelotón de caballería enemiga, unos 20 hombres, que huyeron al acercarme, se retiraron detrás de una casa; esta casa es la oficina de correos de caballos, señalada en el mapa con el nombre de Venta de Quesada, ubicada en el camino y desde donde la arrojé, mientras avanzaba hacia mi derecha vi formarse varios pelotones de caballería que reconocí. , pero que no esperó la llegada de mi agradecimiento. A mi izquierda había jinetes de cuatro y seis. No paré para eso y quise, de acuerdo con sus órdenes, acercarme lo más posible a Manzanares. Me encontre a tres cuartos de legua un pelotón de 40 jinetes que se presentó en el camino; tres pelotones de unos 20 hombres cada uno se formaron a mi izquierda y siempre otros pequeños pelotones marchaban a mi derecha y mostraban el deseo de rodearme.Envié un brigadier y 4 hombres para reconquistar los tres pelotones que estaban a mi izquierda; al mismo tiempo, hay un jefe de columna que tiene el frente de un escuadrón; Envié al Mariscal deaprovisionamiento Canneau y 7 hombres a reconocerla, recomendándole prudencia y diligencia; Se acercaba la noche, los pelotones izquierdos se habían retirado, el sargento se unió al mariscal de alojamientos , quien inmediatamente se puso al trote para reconocer la columna que apareció. Esperé en vano su regreso durante media hora, sin escuchar disparos; Caía la noche y el enemigo me apretaba, decidí hacer mi retirada, por temor a ser advertido por el enemigo en el puente de Villaharta. Hice dos altos en el camino esperando el retorno del marcehal de alojamientos; no volvió, ni tampoco ningún dragón dek reconocimiento. En la retirada encontre al brigada que había quedado en el puente; me dijo que tuvo que retirarse al ser atacado por paisanos armados. Sin embargo, yo pasé el puente sin encontrar a nadie
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General Latour-Maubourg, bajo cuyo mando la caballeria de dragones arraso Villarta, en visperas de la fiesta de la Virgen de la Paz.
No es el momento de seguir detallando mas acciones, lo cierto es que desde finales de diciembre de 1808 comenzó un avance de tropas del cuerpo de ejercito de Andalucia y al mismo tiempo un repliegue de las tropas francesas. A mediados de enero de 1809 tuvo lugar la batalla de Uclés que supuso un desastre para las tropas españolas y un desgaste tremendo para las francesas que viendo, en un primer momento la batalla perdia, su victoria final levantó una furia increible siendo fundamentalmente los dragones del general Latour- Maubourg los que emprendieron una increible marcha por los campos de la Mancha. Al llegar a Villarta, camino de Manzanares, arrasaron y quemaron la villa. La gente de Villarta había huido a pueblos próximos especialmente a Arenas, donde pasaron toda la guerra. Salieron de Villarta «con lo puesto» y volvieron al cabo de cuatro años a comenzar la reconstrucción de su pueblo. No entraron en combate, no hicieron frente al enemigo pero como veremos en alguna otra ocasión perdieron todo cuanto tenían, aparte la vida alguno de ellos. Cuando terminó la guerra volvieron como pudieron, nadie, oficialmente, les brindó su ayuda… incluso el rey Fernando VII y su séquito en un viaje en 1823 camino de Andalucía desaprovecho la ocasión y en vez de comprobar la ruina de Villarta se desplazó por Villarrubia a Daimiel y desde allí Andalucia. Posterioirmente cuando su «real gracia» estimó oportuno decidió reconocer el sacrificio de nuestros antepasados y le dió el titulo de Leal villa y le perdonó deudas y contribuciones pendientes de la aprobación del Gobernador del Partido de Alcázar quien después de preguntas y buscar explicaciones contestó al rey que Villarta no era de los pueblos que peor lo habían pasado… Durante el año que transcurrió desde la destrucción de Villarta, ¡todos los pueblos de su contorno lo pasaron peor que Villarta! En todos ellos sus libros registros parroquiales siguieron funcionando, estuvieron abiertas sus iglesias, celebraron sus matrimonios ( en algunos como enManzanares con más de 40 matrimonios en ese año), sus obras de arte permanecieron, es cierto que algunas de sus casas fueron destruidas pero ahi permanecieron. En el tribunal de Justicia establecido en Manzanres, fueron juzgados, sentenciados y condenados a muerte, que se cumplió; desde el 14 de mayo de 1811 al 3 de junio de 1812, unas cincuenta personas fueron ajusticiadas tres de ellos de Villarta…. Con tiempo porque hoy, sábado, ya es tarde, hace fresco en el «poyete» y se encorajina uno con aquellos datos, daremos los datos mas claros de todo esto, pero es cierto que mientras unos «se llevaron la fama otros escardaron la lana», como siempre, como antes, como ahora y …..
José Muñoz Torres, Cronista oficial.