Origen de la festividad de Nuestra Señora de la Paz. Año 1369, por José Muñoz Torres

paz Scan.jpg
Imagen de la Virgen de la Paz de Villarta de San Juan Desaparecida en 1936 ( Archivo Personal)
Virgen de la Paz de Toledo 24172755_115131159206230_5333448323190557978_o.jpg
Nuestra Señora de la Paz. Iglesia de San Andrés( Toledo)

En uno de nuestros primeros «poyetes», -justo hace dos años-, hablábamos de como ya por el mes de noviembre se empieza a hablar de «Paces». Por un lado el concurso de fotografia para hacer el calendario de la Hermandad de Nuestra Señora de la Paz y por otro la elección del cartel que ilustrará la portada del programa de fiestas, sirven para ir «abriendo boca», para empezar a hablar de nuestras próximas fiestas. cuando aún no ha llegado ni la Navidad. Los comentarios como siempre: unos a favor y otros en contra y, en cualquier caso, unos últimos responsables: los miembros del jurado. La verdad es que nunca «la sangre llega al río» y,  poco a poco, se va apagando este primer estallido de Paces que va a culminar con el concurso de coheteros, que ya se va haciendo popular. La Navidad nos permite un respiro para ir remansando nuestros deseos de «paces». Y mientras tanto en algún que otro «poyete» vamos  recordando algo de nuestras fiestas.  Pero la pregunta que muchos hacen, sobre todo, medios de comunicación, es la de ¿Cuando empezaron a celebrarse estas fiestas?. Aquí es donde la respuesta se complica a pesar  de que a casi todos nos gustaría hacer que la veneración a esta advocación mariana, tan especial en Villarta,  sea lo más antigua posible, aunque para ello haya que recurrir, a veces, a viejas leyendas o historias que se van aceptando porque aparentemente ese dato da más prestigio al culto de la Virgen y por tanto a la festividad que en torno a ella se celebra.

De la antigüedad de la festividad de Nuestra Señora de la Paz en Villarta solo podemos acreditar históricamente un dato concreto y es la respuesta dada por nuestros antepasados a las preguntas del interrogatorio de 1575 pedido por el rey Felipe II. La pregunta 52 del citado interrogatorio decía: «Las fiestas de guardar, y dias de ayuno, y de no comer carne, que en el pueblo se guardasen por voto por particular, demás de las de la Iglesia, y las causas y principios de ellas».

Gregor-Chora fresco de Kariyé Camii. Wikipedia.org. Constantinopla.jpg
San Gregorio Nacianceno (Fuente: Wikipedia.org)

A esta pregunta nuestros antepasados respondieron lo siguiente: » Al cinquenta y dos capitulos dixeron que San Gregorio Nacianceno se votó se holgar por la estinción de la langosta y aquel día se hace procesión y otros dos cotos que es Nuestra Señora de la Concepción y Nuestra Señora de la Paz y la Concepción se votó por la salud del pueblo christiano y Nuestra Señora de la Paz ansimismo».

Ante esta respuesta, hemos de señalar que a parte de las fiestas «oficiales» de La Iglesia por aquellas fechas: Corpus, Semana Santa, Natividad, etc. las iglesias particulares, en este caso la iglesia parroquial de Villarta,  -por aquellos tiempos denominada de Santa Maria la Mayor- celebraban otras festividades.

La fiesta de San Gregorio Nacianceno se celebraba el 2 de enero sin que tengamos conocimiento de mas datos. En algunos lugares se pasó su celebración al día 9 de mayo, aunque en este día se celebra la festividad de San Gregorio Ostiense. El rito de la festividad de San Gregorio contenía una seríe de conjuros y oraciones, algunas de las cuales fueron escritas ya en pleno siglo XVIII, como son las expuestas en el libro Conjuros contra tempestades, langostas, pulgón, cuquillo y otros animales nocivos…» del que fue autor Matheo Guzman y Morcillo. Este era el rito que empleaban en Pegalajar, un pueblo de Jaén, aunque suponemos que existirían diferencias con el rito de otros pueblos:

«En el “exorcismo contra langostas y otros cualesquier animales nocivos a los frutos de la tierra” se advierte que se han de decir tres misas antes del conjuro. La primera ha de ser de la Santísima Trinidad, con conmemoración de San Gregorio y San Pedro Mártir; la segunda de la Santísima Cruz de Mayo o Septiembre; y la tercera la Septuagésima, con conmemoración a San Marcos y San Luis. 
El ritual exigía para hacer las ceremonias de la langosta llevar un caldero con agua y un brasero con brasas. El agua se utilizaba cuando se decía en el conjuro “et sumergat in profundum maris”, arrojando al agua un puñado de langostas que el sacerdote cogía de una olla, las cuales también pisaba y quemaba.
El lugar del conjuro debía ser un sitio fuera de la población donde se divisasen la mayor parte de los campos de cultivo, como era en Pegalajar la era de San Gregorio. A este lugar se debía llevar una gran cruz en procesión, que había de tener “un poco de oliva bendita y palma puesta en los brazos de la cruz”, y quedar allí, clavada en la tierra para siempre, cruz que en Pegalajar daría lugar a la denominación de la actual calle Calvario.
El sacerdote exorcista debía ponerse un sobrepelliz y estola, llevar agua bendita y una pequeña cruz en la mano en el momento del conjuro.
Algunos de estos conjuros decían así, traducidos del latín:
“Puesto de rodillas dirá
OREMOS
Omnipotente Verbo del Padre, Cristo Jesús, Dios y Hombre, y Señor de toda creatura, que diste a tus santos apóstoles la potestad de pisar sobre las serpientes y escorpiones y sobre toda la fuerza del enemigo, imploro suplicante, con pavor y temblor, tu santo nombre, para que a mí, indigno sacerdote tuyo, dada la posibilidad del perdón de mis pecados, te dignes dotarme de virtud, para que ceñido por tus brazos y tu protección, pueda ahuyentar de este lugar estas langostas…
OREMOS
Que se ponga fin, oh Señor Jesucristo, por los méritos de tu Santísima Pasión, a la postración de nuestra humildad, y reine la felicidad eterna, la prosperidad divina, la alegría serena, la fructífera caridad y la salud sempiterna. Que se aleje de nuestra tierra y de todos sus frutos la presencia de los demonios, langostas, y cualesquier otros animales que corroen los frutos de la tierra… [JUAN ANTONIO LOPEZ CORDERO. Pagalajar y San Gregorio. ]

La segunda fiesta que celebraban nuestros antepasados en 1575 era la de Nuestra Señora de la Concepción o Virgen de marzo (25 de marzo) que no tenía nada que ver con la festividad actual de la Inmaculada Concepción, sino más bien con la festividad de la Anunciación. La coincidencia de esta festividad, en muchos años con la Cuaresma e incluso con alguno de los días más importantes de ella hacia que esta festividad no se celebrase con la solemnidad requerida. Por otro lado, la sencilla lógica de la iglesia visigoda del siglo VII , aplica la normalidad de un embarazo normal al caso de la Virgen y por ello decide que nueve meses después de la Encarnación se celebrase la festividad de la Expectación del Parto de Nuestra Señora (18 de diciembre).

Virgen de la Paz de Alcobendas por Antonio Ponz museo del Prado .jpg
Nuestra Señora de la Paz, de Alcobendas, original de Antonio Ponz ( Fuente: Mueso del Prado)

Finalmente la tercera fiesta que celebraban nuestros vecinos en el siglo XVI era la de Nuestra Señora de la Paz el 24 de enero que lo hacían «por la salud del pueblo christiano». De las tres fiestas que decían celebrar hemos de suponer, sin que dispongamos de más datos que efectivamente se debía llevar celebrando desde tiempos atrás, sobre todo la única que se mantiene que es la de nuestra Patrona la Virgen de la Paz. ¿Desde cuándo?. [Está claro que los villarteros no hemos sido muy amigos de conservar cosas antiguas y mucho menos si estas se referían a papeles o documentos que ocupaban mucho sitio y no  ocasionaban nada más que problemas sin ningún beneficio. De hecho se ha perdido toda la documentación referida, por ejemplo a la concesión del titulo de Villazgo y a muchas más noticias y acontecimientos].  Sólo está claro que a la festividad de Nuestra Señora de la Paz y a su creación le quisieron buscan un origen milagroso, algún acontecimiento especial como alguna aparición; de hecho la celebración de la fiesta de la Virgen de la Paz en un pueblo de nuestro entorno como es Daimiel, fué revestida desde muy antiguo ( en 1575 ya se refería el hecho) como una manifestación milagrosa. De esta manera contestaban a la pregunta 51 del cuestionario que antes citábamos de interrogatorio de 1575:

«… la primera es una ermita de Nuestra Señora de la Paz dicese por cosa cierta que esta ermita se hizo en los años que en esta villa hobo gran pestilencia , de manera que en el año de mil y quinientos y siete ya estaba hecha, y que la fundación della fue desta manera: que una niña que fue mujer después de un vecino desta villa que se llamó Pedro Sánchez Mohino, que se llamo ella Ana Hernandez, dixo que se le habia aparescido Nuestra Señora un día de San Bernabe que en esta villa se corrian toros y ella estaba guardando una parva de su padre e que le dixo que dixese en el pueblo que hicisesen alli una ermita y que la llamasen Nuestra Señora de la Paz y que cesaría la muerte de las gentes; y que la niña respondio  que no la creerían y que Nuestra Señora le dixo que hiciesen en aquel sitio un pozo y que hallarían un ladrillo colorado dentro e que por estas señas la creerían; y que la niña lo dixo en el pueblo y que se hizo el pozo que agora esta cerca de la dicha ermita a la Puerta del Sol, e que habian hallado el ladrillo  e que ansi se edifico la dicha ermita  y esto ha sido cosa muy publica..» [CARMELO VIÑAS//RAMON PAZ. Relaciones de los pueblos de España ordenadas por Felipe II. Ciudad Real. C.S.I.C. Madrid, 1971].

Pero parece ser que la festividad de Nuestra Señora no tuvo ese origen milagroso y lo intentaron muchos y durante mucho tiempo. Desde antes de la invasión árabe hubo numerosas decisiones y acontecimientos que han interferido  en la veraz asignación del origen de la festividad. Entre otros los siguientes:

San Ildefonso El greco índice
San Ildefonso por el Greco (Fuente: Wikipedia.org)

Diciembre del 656: Creación de la festividad de la Expectación del Parto de María (Canón 1º del X Concilio de Toledo, a instancias del Arzobispo de Toledo,  Ildefonso, nuestro ansiado Alifonso de nuestras visperas de Paces).

Sin fecha concreta ( anterior al 667): Descensión de María para imponer la casulla a San Ildefonso que desde aquel momento pasaría a ser conocido como el capellán de Nuestra Señora.

23 de enero del 667: Fallecimiento de San Ildefonso.

26 de julio julio del 711: Invasión árabe. Batalla del Guadalete y rápida ocupación de todo el territorio visigodo.

25 de mayo de 1085: Conquista de Toledo por Alfonso VI.

Por estas fechas de la conquista de Toledo tiene lugar un acontecimiento que la leyenda y muchos autores, consideran como origen de la festividad de Nuestra Señora de la Paz. Cuenta la tradición-leyenda, que el rey Alfonso firmó un acuerdo con las autoridades religiosas árabes de Toledo, según el cual estos podían seguir utilizando su mezquita mayor para sus cultos ( norma, por otro lado, muy común en aquellos tiempos aún inciertos de la conquista del espacio entre Tajo y Guadiana que no llegará a ultimarse hasta casi doscientos años después). En ausencia del rey, la reina Constanza y el obispo Bernardo, decidieron convertir la mezquita en iglesia dedicada o consagrada a la Santísima Virgen. Esta decisión conlleva un malestar generalizado entre los musulmanes que consideraron roto el acuerdo con el rey. Ante la grave situación creada, con una inmediata sublevación de los árabes toledanos el rey vuelve apresuradamente a Toledo dispuesto a mantener la palabra dada a los musulmanes de respetar su mezquita, pero ante la presencia del rey, los musulmanes, temerosos de posteriores reacciones en su contra de la población cristiana, le piden al rey que acepte la donación de la mezquita para lo que crea más conveniente, a fin de evitar un posible y cruel enfrentamiento. Así lo acepta el rey el día 23 de enero.

Llegados a este punto los historiadores futuros , al cabo de mas de trescientos años, habiendo oído hablar de «paces» -aunque las paces de las que ellos tuvieron noticia eran otras y muy posteriores a Alfonso VI- dan por válida la historia de que el rey consagra la mezquita como Iglesia Metropolitana de Toledo dedicada a Nuestra Señora bajo la advocación de la Paz en recuerdo de la inesperada paz alcanzada con los musulmanes y al coincidir con la festividad de San Ildefonso, el 23 de enero, decide que sea el día siguiente, 24 de enero, cuando se celebre la fiesta de la Virgen de la Paz. Y este origen, envuelto en la niebla de la leyenda, pasa a las cabezas pensantes de historiadores que rellenan huecos de la historia con las primeras noticias que le llegan sin contrastar datos. La idea de ese «milagro» en el que se unieron la convivencia entre pueblos de distinta religión, la vida cotidiana de siglos de vida en común y el miedo de los vencidos ante el poder de los vencedores, hizo que el origen de la historia fuese ese que casi todos dan por cierta y que fue pasando de pueblo a pueblo y de España cruzando el mar a los nuevos pueblos de América para tejer ese ramo de pueblos en los que la Virgen de la Paz es Reina y Señora en el corazón de sus habitantes. Pero esa historia no se sostiene con ningún dato real. La tradición o la leyenda hizo que se considerase la fecha de mayo de 1085 como el de la instauración de la fiesta de Ntra. Sra. de la Paz. Pero hay datos que no se corresponden con la realidad.

En primer lugar habla de los tumultos en Toledo con motivo de ciertas concesiones que se les había quitado a los musulmanes, entre ellas la Sinagoga Mayor de Toledo, que el obispo Bernardo había utilizado como catedral. Pero, primeramente, hay que señalar que en 1085 el citado obispo era aún abad del convento de Sahagún. Fue en el año 1086  cuando Alfonso VI «…convocó a los grandes obispos y abades de su reino, de los que resulto una gran concurrencia. Lo primero que trataron fue de dar gracias a la bondad divina, por cuyo favor había recobrado la cristiandad dos años antes la insigne ciudad de Toledo. Cada uno según su caudal que tenía de autoridad y elocuencia lo encarecía con las mejores palabras posibles. Luego se trató de crear arzobispo de Toledo, saliendo por voto común electo Dom Bernardo, abad de Sahagún…» [JUAN TEJADA Y RAMIRO. Colección de cánones y de todos los concilios de la Iglesia de España y America. Parte II. Tomo III. Madrid, 1864, Pág. 220]

Según estos datos del Concilio de Toledo difícilmente, un abad podría consagrar una catedral y menos dedicarla a una determinada advocación, en ese caso Nuestra Señora de la Paz, sin haberlo consultado con un cabildo catedralicio que tampoco en esos momentos existía. Curiosamente este Concilio donde se elige al nuevo obispo de Toledo tiene lugar el día de la Expectación del Parto de María, celebración a cuya instauración tanto contribuyó San Ildefonso. Por otro lado la situación de Alfonso VI en Toledo es precaria hasta tal punto que las victorias de los almoravides en Sagrajas (1086) o en Consuegra (1097), hacen que Toledo sea sitiada permanentemente. Pero ademas hay otra razón vital para poner en evidencia esta leyenda cómoda. Esta razón es la de la propia festividad de San Ildefonso porque en la tradición toledana se habla de la institución en 1085 de la festividad de Nuestra Señora de la Paz al día siguiente de la celebración de la de San Ildefonso. Pero hay que esperar a la celebración del Concilio de Peñafiel del año 1302 para que se instituya la festividad del santo obispo de Toledo. En el citado concilio se estudiaron quince capitulos o cánones entre los cuales el número once habla concretamente de la festividad de San Ildefonso:

» Y como que la gloriosa y siempre Virgen María, madre del Verbo y del Salvador nuestro  Señor Jesucristo, visitó corporalmente en la tierra despues de su Asunción, descendiendo del Empíreo, al Capellán y especial preconizador de su virginidad, el bienaventurado Ildefonso, prelado y rector de la iglesia Patriarcal de Toledo y le ragaló dádivas y dones especiales en señal de predilección y amaor particular, y como tenemos obligación de amar y honrar a quienes honra y ama la Madre de Dios: establecemos y ordenamos, que en toda la provincia de Toledo se celebra solemnemente su festividad con oficio doble». [JUAN TEJADA Y RAMIRO. Obra citada. Pág. 441].

Hemos de señalar, que por aquel entonces, -año 1302- Villarta aunque perteneciente al Priorato de San Juan pertenecía a la provincia de Toledo y por tanto a su arzobispado. En ese mismo Concilio y por dar un recuerdo histórico a una parte de nuestras fiestas hemos de señalar que en el canón o constitución XII del citado concilio de Peñafiel se aprobó que » ..por loor suyo, hemos dispuesto que diariamente después de Completas se cante en alta voz en todas las iglesias Salve Regina..». [ Este cántico que en la actualidad, aunque con riesgo de perderse, se canta al finalizar las cada día las novenas de la Virgen de la Paz. Incluso en el Concilio III de Méjico del año 1585, se aprobó su cántico «… Por cuantos todos debemos tener especial devoción a la Gloriosa Virgen María, universal patrona y abogada, se dispone y manda que en todas las iglesias catedrales de este arzobispado y provincia se cante con toda solemnidad en todos los días de cuaresma hasta martes santo, igualmente que en todos los sábados del año, la antifona Salve Regina (Salve Regina, mater misericordiae/vita dulcedo, et spes nostra, salve/ Ad te clamamos, exules fillii Hevea,/ ad te suspiramos, gementes et flentes,/ in hac lacrimarum valle/ Eia, ergo, advocata nostra, illos tuos/ misericordes oculos ad nos converte/ et Iesum, benedictus fructum ventris tui,/ nobis post hoc exilium ostende,/ o clemens, O pia, O dulcis Virgo María) JUAN TEJADA Y RAMIRO. obra citada.].

Sermon XScan.jpg
Sermón decimosexto de Ntra. Señora de la Paz , del P. Diego Pacheco (Fuente: Digitized by Google)

En cualquier caso , a pesar de todo,  la fecha de 1085 sigue siendo la oficial para muchos historiadores de la actualidad y para muchas de las numerosísimas hermandades de Nuestra Señora de la Paz. Curiosamente, ademas de los trabajos de Portocarrero, Antonio Quintanasdueñas, Salazar de Mendoza, hemos localizado una serie de Sermones de Nuestra Señora de la Paz en la que gran parte de los mismos, de larga duración hacen referencia a esa leyenda toledana de la festividad de Nuestra Señora de la Paz: El P. Diego Pacheco en el Sermón de Nuestra Señora de la Paz dedica gran parte del mismo a narrar la leyenda toledana [P. DIEGO PACHECO. Vida de Nuestra Señora. Sermones. Pág. 205. Madrid, 1692]; el P. Francisco Apolinar, cura propio de la Iglesia de Pinto [P. FRANCISCO APOLINAR.- Sermones. Madrid, 1665]; el Presbítero D. Juan González, chantre de la iglesia de Valladolid y predicador de S.M. [ JUAN GONZÁLEZ. Sermones. Madrid, 1866]; el P.M. Fr. Vicente Hernández, cura párroco de Sollana [P.M.Fr. VICENTE HERNÁNDEZ. Colección de Sermones. Madrid,1848], etc.

Volvemos a la historia para dar entrada a la misma en nuestra festividad de la Virgen de la Paz. En 1312 con la muerte del rey Fernando IV, el reino de Castilla va a pasar por una serie interminable de contiendas que culminarán con los enfrentamientos de Pedro I y su hermanastro Enrique, en una  guerra en la que se vieron involucrados paises como Inglaterra ( a favor de D. Pedro) y Francia ( En favor de D. Enrique) que mandaron tropas en apoyo de sus protegidos. A esta guerra se unió una terrible epidemia de peste negra y como consecuencia de todo ello una hambruna que devasto campos y arruinó lugares. Por ese momento era arzobispo de Toledo el arzobispo Gómez Manrique, partidario del rey Pedro I, hasta un momento en que, al igual que muchos nobles, decide apoyar a D.Enrique. Desde ese momento la ciudad de Toledo fue centro de las iras del rey Pedro I que marchó hacia ella cuando se encontró con su hermano Enrique en Montiel. Todos conocemos la historia: «¡Ni quito ni pongo rey pero ayudo a mi Señor!». Pedro I es muerto en Montiel y, a partir de ese momento, el nuevo rey Enrique se dispuso a dar las mercedes o donaciones prometidas a todos los que le apoyaron, entre ellos al poderoso arzobispo de Toledo.

Mientras las autoridades e historiadores siguen apoyando la leyenda toledana el archivero y canónigo de la Catedral, Eduardo Estella Zalaya, según expresa en el discurso de contestación al nuevo académico de la Real Academia de Bellas Artes de Toledo:

«… Vengamos ya a la fiesta de la Paz. Afirman los hisotriadores que acogieron la narración de referencia, que esta fiesta fue instituida por Alfonso VI en acción de gracias por el feliz desenlace del suceso, y que se celebra en la iglesia toledana el 24 de enero. Advirtaos nuevamente que el mismo D. Rodrigo (Ximenez de Rada) pasa en absoluto silencio esta circunstancia, que debió ser añadida posteriormente a la leyenda; y digamos asimismo que la iglesia toledana conmemora todavia la fiesta de la Paz, unida a la Descensión de Nuestra Serñora, en la fecha indicada. Mas esta fiesta tuvo su origen en fecha muy posterior a la reconquista y por motivo, aunque aunque análogo, diferente desde luego. (…) Tratándose de una fiesta religiosa el mismo Arzobispo D. Bernardo, para quien tenía especialísima significación y recuerdos, tratase de perpetuarla, algun vestigio, sería natural, por otra parte, que hubiese dejado en la rica colección litúrgica, que guarda todavía la biblioteca del Cabildo Toledano. (…) Pues bien, no aparece vestigio alguno de tal fiesta ( Se refiere a la de 1086) hasta los códices, que por su tipo de letra y otras circunstancias, pueden localizarse con certeza en la segunda mitad del siglo XIV; en los anteriores a esta época el silencio es absoluto. Al practicar esta inspección y búsqueda personalmente, hemos podido apreciar que el Padre Frias, catalogador de la biblioteca a fines del siglo XVIII y principios del XIX, indica como fundador de tal fiesta al Arzobispo D. Gómez Manrique (1362-1375) (…) la referencia orientaba hacia un rollo de autos en juicio contradictorio, seguidos en el siglo XVII y conservado en el Archivo Real de Simancas. El documento, en su parte de mayor interés par a nuestro objetivo, es como sigue:
<<Padrón de la Hermandad e Cofradia de Corpus Christi e de Sta. María de la Paz e de Santo Alifonso.- En el nombre de Dios, amén.- Porque según dice el apostol todos habemos de estar ante la cátedra de Jesucristo para resçibir gualardón de las obras que por los cuerpos fiçieremos, quier sean buenos , quier sean malos…. por ende nos, los que aquí seremos nombrados e a honra y servicio de la virgen bienaventurada Sta. Maria la cual por su acostumbrada piedad e misericordia quiso honras … guardar e defender esta ciudad (Toledo) muchas veces de muchos peligros e especialmente en el tiempo que la tuvo cercada el muy alto e muy noble nuestro señor el Rey D. Enrique, que Dios mantega por muchos tiempos e buenos a su servicio, ordenamos seta solebnidad confadria e hermandad para siempre xamas, de cuando esta virgen bienaventurada descendio en esta ziudad en la santa iglesia en cuerpo e alma e… porque la paz e la concordia son dos cosas que los omes deben mucho desear, por razon que los pueblos con la paz e la seguranza façen mucho de su provecho e la precomunal es siempre guardad; porque esta es madre muy fermosa de todas las buenas artes, esta es la que façe creçer e reparar los linajes de los mortales e sus poderios… e esta es la que despues de todo esto façe que los pueblos con ella mexor sirvan a Dios… ordenamos que esta fiesta, solebnidad cofradia hermanda llamen e sea llamada  Sta. Maria de la Paz, porque ella por su misericordia e piedad nos quiera ganar siempre paz de su hijo Jesucristo bendito e preçioso.
Otrosi; porque la vida de los omes non es durable y acábase mucho ayna según que dice el profeta «pereze la memoria de los omes e Dios por siempre dura», por ende los hermanos e cofrades susodichos, porque los nuestros nombres después que saliéremos deste mundo non sean olvidados, e porque mexor se alumbra el ome de la candela que lleva delante sin que de la que va en pos del, nuestros corazones movidos a servicio de Dios e de la Virgen bienaenturada su madre==Primeramente ordenamos Nos Don Gomez, Arzobispo de Toledo e el Cabildo de la Santa Madre Iglesia Catedral que esta fiesta que se haga otro dia de Santo Alifonso, que es en veinticuatro del mes de henero; e queste dia vengan a la iglesia Catredal todos los clérigos de la ciudad con sus cruces a la proçesión, e que estén a toda la misa, e todos los frailes de las ordenes todos que vengan a la proçesion  estén a la misa e a la predicacion e traigan todos candelas en las manos, e este dia se saquen todas las reliquias del Sagrario e que las lleven los prestes e diaconos en la proçesion»(Por gestión del Emmo. y Rvdmo. Sr. Cardenal Primado Dr. D. Pedro Segura y Saenz, a quienes nos place rendir testimonio de gratitud, el Sr. Archivero Jefe de Simancas ha comunicado noticia de la existencia del documento en aquel Archivo)». [EDUARDO ESTELLA ZALAYA.- Discurso de contestación del Académico numerario D. Eduardo Estella Zalaya al ingreso en la Academia de Bellas Artes y Ciencias Historicas de Toledo. Boletin de la Real Academia Bellas Artes y Ciencias Históricas nº 40-41. Toledo, 1929]

Desconocemos cuánto tardaría en ser oficial esta proclamación en todos los pueblos del Arzobispado pero dado el hecho de la gran cantidad de pueblos de nuestro entorno que celebran esta festividad, suponemos que sería muy rápida. En cualquier caso el año próximo del 2019 se celebrará el 650 aniversario de la festividad de Nuestra Señora de la Paz.

DSC_7655-007.JPG
Virgen de la Paz de Villarta de San Juan (Archivo Personal)

José Muñoz Torres, cronista oficial

 

 

 


Una respuesta a “Origen de la festividad de Nuestra Señora de la Paz. Año 1369, por José Muñoz Torres

  1. Nos has explicado, querido Cronista, «con pelos y señales» la base del origen de nuestra fiesta mayor, que por estas por ahora tenemos próxima, ya podemos repetir esa fecha de 1369 como origen de la festividad de nuestra Virgen de la Paz. Muchas gracias, Pepe, un vez más.

    Me gusta

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s