Quizá en la actualidad sea menos común esta respuesta , pero hasta no hace mucho, cuando nos preguntaban de dónde éramos, veíamos que la persona que nos había preguntado ponía cara, al oir nuestra respuesta, de no asociar el nombre con ningún pueblo y, entonces, resignados ante ese desconocimiento, decíamos: «Si de Villarta, un pueblo que hay entre Puerto Lápice y Manzanares». No sabemos desde cuando se había producido esta situación pero lo cierto es que desde hace mucho tiempo, por Villarta, diríamos que se sobrevuela, como si no existiese; se corría raudos por su calle Real y sin citar ni siquiera su nombre, los viajeros habían salido de Puerto Lápice y estaban de camino hacia Manzanares. O es algo que pasó desde siempre y para ello habría fundadas razones, o bien, en un momento determinado, los viajeros empezaron a olvidarse de nuestro pueblo sin que sepamos cuales fueran los motivos. Lo peor de esta situación es que CUANDO UN PUEBLO SE HA ACOSTUMBRADO A SER OLVIDADO ES MUY DIFICIL CONSEGUIR QUE ESE PUEBLO SEA RECORDADO.
En estos días en que, salvo que trasnochemos mucho, coger el fresco en el poyete ya no es habitual, no solo por el calor, sino porque esa costumbre de antaño ya se ha perdido y como mucho, gracias a Dios, hemos sustituido el «poyete» por el frescor de la piscina, es conveniente que empecemos a ver, a investigar, o al menos imaginar, cual fue o fueron los motivos por los que se olvidaron de Villarta y por qué, salvo circunstancias muy especiales, siguen, fuera de las épocas electorales, sin acordarse.
A primera vista habría que buscar la explicación en un hecho muy concreto e importante: hemos dejado que escriban la historia de nuestro pueblo desde otros lugares, según lo que pudiera interesar, sin que los autores se molestasen, tan siquiera en comporabar in situ la realidad de sus afirmaciones. Otros pueblos han ido aprovechando las mínimas ocasiones que se les han presentado para ir creando una pequeña historia turística y asequible que les va sirviendo para aparecer continuamente en libros, revistas e incluso en estudios académicos firmados por importantes autores. Han aprovechado bien sus circunstancias. ¿Y nosotros?… ¡Sinceramente, no!
Vamos a ver varios ejemplos y a partir de ellos iremos, sucesivamente, estudiando el por qué de tantos silencios y olvidos
I. El primer caso que vamos a señalar es el mapa de la Ruta de Don Quijote, elaborado por Angel Ligero Móstoles y publicado en 1991, como volumen I de La Mancha de Don Quijote. Aunque posteriormente hablemos de él, nos parece evidente que el olvido de citar a Villarta es doble. Uno porque posiblemente para el autor no fuese necesario ni que Villarta figurase en su ruta ¿Qué pinta Villarta en esta historia? Evidentemente a estos olvidos estamos bastantes acostumbrados. El otro olvido es más grave porque se trata de la manipulación de un plano para que se acomode mejor a lo que el autor busca. Nadie ha dicho nada sobre este olvido ¿intencionado? de Ángel Ligero.

Ciertamente no son muchos los errores que se aprecian en el mapa, pero algunos si que los hay. En primer lugar el camino más importante de toda la zona: el camino Real de Andalucía; evidentemente al no estar dibujado el camino era muy dificil poder dibujar la situación del puente de Villarta que se había reconstruido en el siglo XVII dos veces (1609 y 1673). La primera de ella concretamente dirigida por un vecino de Argamasilla de Alba: Martin de Artache, maestro de cantería. El segundo error es la situación del camino de las carretas que en el mapa sale de ¡Puerto Lápice!. Este error es mas grave porque efectivamente al autor le interesa que el camino de las Carretas salga de Puerto Lápice y no de Villarta. ¿Solución para que no se note tanto el error? Muy fácil, ¡prescindir de Villarta!. Posiblemente si el autor no hubiese prescindido de dibujar los rios y caminos no nos habríamos enterado pero es que Puerto Lápice lo ha dibujado al Sur del río Gigüela y, realmente, donde indica Puerto Lápice es donde debería estar Villarta ¿ Lo vemos?. Lamento que el mapa no pueda ampliarse más pero adjunto un mapa «arreglado» por mi, donde se han corregido esos «errores». ¿Que se pretendía con ello? Quien lea detenidamente la obra de Angel Ligero, encontrará, fácilmente, la respuesta.

II. Otro ejemplo mucho más habitual que actualmente se sigue utilizando con muy buenos resultados. Se trata de una reseña sobre la obra Viaje de Cosme de Médicis por España y Portugal (Edición y notas de Ángel Sánchez Rivero y Angela Mariutti de Sánchez Rivero). El titulo de la reseña es Imagen de España a través de Carlos II. Este artículo fue publicado en el nº 12 de la Revista Cruz y Raya (Febrero de 1934) y, a pesar de que en varias ocasiones le atribuí la autoría a José Bergamin, el autor es Vicente Salas Víu, musicólogo fallecido en 1967. En ese artículo hace especial hincapíe en el pintor que acompañaba a Cosme de Médicis, el pintor y arquitecto Pier Maria Baldi, que acomañaba al duque para ir recogiendo, en acuarelas las ciudades y pueblos por los que pasaban o descansaban. El autor del artículo habla de él como pintor poco imaginativo que se limita a dibujar lo que ve y con ello consigue hacernos llegar la situación de pobreza en la que vivía España en el siglo XVII sin ningún retoque o añadido. Recoge la idea de que el autor literario del libro, Magalotti, «no cesa de quejarse de la suciedad y de la misería que corroe la vida española en las ciudades y en los pueblos que Baldi nos presenta en su acuarela de Villa Harta -¡que nombre pretencioso!- al darnos la silueta del eterno pueblo español. Unas charcas, con mimbreras y juncos, en las que beben unas vacas. Entre estas no falta ni aún siquiera esa que mira al cielo o a la lejanía estática. Un altozano y una iglesia de paredones altos y recios como de un fuerte; unas tierras labradas; algunos árboles desperdigados; unas cuantras casas entre los altibajos del suelo arenoso, buen barrizal a la menor lluvia. Así es esta Villa Harta de la España de Carlos II» [VICENTE SALAS VIU. Imagen de España a través de la de Carlos II. Revista Cruz y Raya. Madrid 1934. nº 12] Eran aquellos del siglo pasado, años de reivindicaciones y a Vicente Salas solo se le ocurrió asociar nuestro pueblo, mejor dicho al nombre de nuestro pueblo, Villa Harta, con la acepción más cómoda y que más útil le era, para lo que pretendía: Un pueblo que en aquellos momentos de penuria, parecía vanagloriarse de ser una villa sobrada, de tener de todo, en resumidas cuentas, de ser una Villa «Harta» de todo, por ello dice: «¡Que pueblo pretencioso». Pero esa «hartura» de la que quiere hablar Vicente Salas, es de otro tipo. El autor no tenía porque saberlo pero «arta» se refiere a una villa cercada, apretada, con ciertas murallas defensivas.

El ilustre musicólogo estaba muy equivocado pero, a poco que se hubiese fijado en la acuarela de Baldi, hubiese visto que, algo más allá de donde pastan las vacas, se ven los numerosos arcos de un puente de piedra y, en aquellos tiempos, con menos dudas sobre su origen romano que la idea que manifiestan ahora muchos estudiosos. Las aguas que cubren casi los arcos del puente, no son charcas, sino parte de las famosas «tablas de Villarta» que espíritus «emprendedores» y «modernos» han terminado por desecar y perder ( Este es el otro cantar de mi canto, porque ahora que ya se han dado por perdidos estos humedales, si parece que hay que aplicarse en salvar lo que queda aguas arriba del Gigüela, perdón tierras arriba del Gigüela ).
III. Otro ejemplo. La utilización frecuente de citas de autores expertos para elaborar escritos propios y lo que parece más importante, la utilización de versiones no contrastadas para la elaboración de informes oficiales en proyectos que afectan a territorios. Hay muchos casos y, en concreto, uno que se refiere siempre al mismo tema: el puente de Villarta. La historia de nuestro puente es un tanto rocambolesca y sobre ella hemos escrito y hablado en numerosas ocasiones pero han sido muchos los que se han dejado llevar por una primera información y como se dice vulgarmente «no hay quien los apee del burro». [Recientemente he publicado un estudio amplio y documentado sobre nuestro puente. Se puede ver buscando en Google directamente: campodesanjuan.org.Blog-de-jose-muñoz-torres] Pues bien, a pesar de la información que venimos ofreciendo desde el año 2000 y juntamente con la información publicada por Teófilo Acedo, cronista oficial de Villarta de los Montes (Badajoz), los datos publicados sobre «el engañoso puente» de Villarta [según la denominación peculiar utilizada por el comprometido arqueólogo Luis Benitez de Lugo Enrich, autor del informe previo para la restauración de nuestro puente y para bien o para mal uno de los expertos que mas han hablado y trabajado sobre el puente de Villarta ] no terminan de ser aceptados fácilmente.

Abundando en este punto y rebuscando datos sobre Villarta, en ese conglomerado de información que es Google (Está todo ahí: verdadero, cierto, bueno, malo, mentiras o verdades, solo hay que buscar y «cerner»), me encontré con el Estudio de Impacto ambiental para la central solar termoeléctrica Helios II (Ciudad Rea) que voy a utilizar como ejemplo En el apartado V , en un informe realizado por ASTARTÉ Arqueología y Restauración S. Coop., bajo el título de Encuadre Histórico Arqueológico, se hace un estudio histórico de los tres pueblos afectados por este proyecto: Puerto Lápice, Arenas de San Juan y Villarta. No es nuestro propósito el analizar dicho informe, posiblemente, -en nuestra opinión- excesivo en lo referido a Puerto Lápice y en la catalogación de sus monumentos. Por tanto nos vamos a referir exclusivamente al informe referido a Villarta que transcribo en su totalidad. Dice: «VILLARTA DE SAN JUAN. Municipio situado en una llanura manchega sobre la carretera N-IV. En el núcleo urbano la iglesia de San Juan Bautista es del siglo XVI, de tipologia popular. Ademas conserva algunas casas de interés, historicistas, de finales del siglo XIX o principios del XX. El mayor interés recae en el puente romano sobre el río Cigüela [me molesta esta denominación sobre todo teniendo en cuenta que hasta más de mediado el siglo XX la denominación era de GIGÜELA, pero que le vamos a hacer], al norte de la población. Es monumento desde 1984 [ REAL DECRETO 3447/1983 de 30 de noviembre por el que se declara monumento histórico-artístico de carácter nacional, el puente sobre el Gigüela en Villarta de San Juan (Ciudad Real)]. Tiene 300 m. de longitud [la longitud es de algo más de 500 metros si las imágenes de IBERPIX del Intituto Geográfico Nacional no engañan] y 5 metros de anchura y en él confluían numerosos caminos y cañadas de ganados. Este puente estaba ruinoso en 1563; por ello el pueblo, a través del vecino Rodriguez de Agustina, envió a Felipe II al Consejo de la Mesta una petición de ayuda económica. Las obras no comenzaron hasta 1575. Presentaron posturas Bartolomé Ortíz y el maestro de canteria y albañileria, quien remató la obra por la suma de 5.000 ducados. En 1573 el maestre de la catedral de Toledo y de la ciudad Hernán González había realizado para la obra del puente traza y montea. Se levantaron 18 pilares y 18 arcos nuevos, de igual tipología y «orden de lo viejo» (otros 18 arcos menos resistentes que los nuevos de medio punto) (Lara Blázquez y Masa Cabrero, 1992: 513-514). Hacía el este del puente anterior se ven los restos de otro, un posible proyecto de Villanueva, de finales del siglo XVIII, del que se observan los cimientos de las murallas y restos de posibles «ojos», uno de ellos de más de 2 m. de altura» [ARIES INGENIERIA Y SISTEMAS, S.A. Estudio de impacto ambiental para la central solar termoeléctrica Helios II. Informe de Prospección Arqueológica. Madrid, 20 de abril 2007 Páginas 411 y 412]. Es evidente, para concluir este ejemplo, que la tipologia del proyecto de Hernán González, no tiene nada que ver con el puente de Villarta de San Juan. Sólo con acercarse sería suficiente, pero el hecho de que la autoria del proyecto del citado maestro de obras de Toledo, estuviese avalada por autores como BLAZQUEZ MATEOS, EDUARDO (El arte del renacimiento en Ciudad Real. BAM. 1999) o MARIAS FRANCO, FERNANDO (La arquitectura del Renacimiento en Toledo (1541-1631) IPIET, 1986. Hace de que se acuda a ellos directamente para salir del paso o para cumplir el trámite… Y quienes somos nosotros para poner en duda lo que digan esos autores..
IV. Último ejemplo. El desinterés por parte de todos nosotros para conocer y conservar nuestra historia y nuestros monumentos consiguió que nuestro pueblo no dispusiera de documentos ni archivo antiguos, bien es cierto que gran parte se perdieron en el incendio del ayuntamiento pero también es cierto que otra parte, y no pequeña, fue malvendida porque tantos papeles estorbaban. Afortunadamente parece que corren otros tiempos y, en menos de treinta años, gracias al esfuerzo inicial de muy pocos, se ha detenido la ruina de nuestro patrimonio monumental. El puente romano o «viejo» y la antigua iglesia de Santa María, lucen esplédidos, aunque el entorno del puente y sus muros requiera una limpieza mas a menudo.. Pero no voy a hablar de todo eso que ya se sabe. Solo del antiguo refrán: «El buen paño en el arca se vende». ¿Por qué digo esto? Pues muy sencillo. No creo que en la provincia haya muchos pueblos de nuestro tamaño que puedan «presumir» de un puente que es monumento nacional ( En la actualidad la denominación es Bien de Interés Cultural) y, además, de unas fiestas de interés turístico regional, con más mérito que algunas otras consideradas de interés turístico nacional. Insisto no creo que haya muchos pueblos pero… Me ha llegado el libro Ciudad Real en imágenes.Un paseo real y de pronto una ilusión me hizo mirarlo por encima, rápidamente.. ¡Nada!. Pasado el primer momento ya fui revisandolo despacio… ¡Nada! No había nada sobre Villarta. Y llegué a la conclusión de que algo no estábamos haciendo bien. Sinceramente me sorprendió que uno de sus coordinadores, José Luis Loarce, no se acordara de ese puente del que, siendo él más joven, salió en su defensa para que se limpiara, para que se restaurara, para que.. ¿Te acuerdas, José Luis?. Villarta hizo sus deberes, tanto los ayuntamiento de uno u otro color cumplieron su labor: Julio Isla, Angel Antonio Ruiz y Feli Bascuñana, sacaron del arca su viejo puente lo asearon, lo restauraron, con escasas ayudas y lo dejaron visitable, recorrible y digno para contar su historia y no digamos nada de la iglesia vieja que a impulso de dos personas animó a todo un pueblo para dejarla visible, hermoseada y poniendo al aire lo que en otros tiempos se tapó. Pero a los pueblos, como a la gente, como se dice por aquí, de vez en cuando no le viene mal una «fotejo» que les recuerde tiempos pasados y sobre todo que nos recuerden a los que nos animaron y que quizá se pregunten ¿Que sería del puente de Villarta?.. El puente sigue ahí, pero su río, con el agua que lo cruzaba ausente y su caz lleno de maleza no deja ni ver los cuatro charcos que con las últimas lluvias se hicieron.¿Lo damos también por perdido?

Decía al principio de este ejemplo que nuestro desinterés ha sido la causa de muchas pérdidas pero en casi todas las ocasiones el pueblo ha cumplido y que otros, que también debían mostrar interés, se pregunten que han hecho ellos… (Lo siento pero me ha venido a la mente la tristeza y la nostalgia al ver tantas cosas que sin darnos cuenta nos hemos ido dejando por el camino..).
Recientemente me he fijado en un trabajo fin de grado realizado por Irene Calvo Díaz, titulado «Selección, implantación y puesta en marcha de sensores de calidad de cultivo» , presentado en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de Madrid, en el año 2015. Hubiera pasado de largo si en el resumen del mismo no hubiera leido lo siguiente: » Este proyecto se ubica en la cooperativa vitivinicola de Nuestra Señora de la Paz, Villarta de San Juan (Ciudad Real), y la extensión de la transformación es 48’4 has. incluyendo cepas de la variedad Airén y de la variedad Cencibel. La finalidad del proyecto es ejecutar un plan de actuación basado en la oferta de diferentes tipos de servicios relacionados con la sensórica a dicha cooperativa, con el fin de reducir los costes de los mismos, mejorar la productividad y reducir la presión hidrológica del aacuifero 23. Para ello, se han analizado las tecnologías actualmente en el mercado y posteriormente se ha realizado un meta-análisis de los datos bibliográficos relacionados con las tecnologías elegidas. Se ha optado por instalar en campo una red inalámbrica de sensores con una vida útil estimada de 5 años. Los datos obtenidos por la red se complementan con 3 vuelos durante el ciclo anual del cultivo con un dron, además de tomas de datos con un fluorómetro portátil, propiedad ambos de la empresa ofertante. Tras el procesamiento de los datos obtenidos, los cooperativistas reciben un informe semanal detallado via correo electrónico. Se espera asi que la cooperativa se instale en la zona como pionera de la viticultura de precisión, para en un futuro poder extender el uso de las nuevas tecnologías a otros agricultores»[IRENE CALVO DÍAZ. Selección, implantación y puesta en marcha de sensores de calidad de cultivo. Madrid, E.T.S.I.A., 2015]. Al final, después de quejas y llantos, he terminado hablando de nuesta historia futura. Al parecer, no tan futura, y la prueba es esa medalla de oro al mejor vino blanco (creo que Airén) en la feria del Campo de Manzanares (creo que hay otra interior de la denominación de origen Mancha) es prueba de que ya no se vende la ropa buena en arcas cerradas sino que las sacan afuera para que las vean y en este caso beban. (Enhorabuena a la cooperativa y a sus dirigentes y en especial a Mary Paz Isla y sus ayudantes. Tengo entendido que los vinos son especial obra de los enólogos que ponen en ello su trabajo, pero también su ilusión y su corazón).
José Muñoz Torres, cronista oficial.
Repetidas y sinceras GRACIAS, Pepe, por esta defensa clara y precisa que haces de las verdades de Villarta, la corrección del plano que parte de Alcázar y se olvida de Villarta es «pa quitarse el sombrero», y la del largo de nuestro puente, y tantos y tantos detalles en los que pones «los puntos sobre las íes»… Yo te las reconozco y admiro.
Te deseo mucha vida y salud para seguir «luchando contra los molinos, que no son gigantes si no gente mal informada».
Saludos.
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