En el «poyete» terminábamos diciendo quienes iban a protoganizar los próximos años, quienes eran los protagonistas de esta guerra civil que serán los protagonistas absolutos. Por un lado los «absolutistas» o llamados los «Carlistas» que fundamentalmente se alzaron en el Norte o en algunos lugares donde el candidato para rey había dejado a muchos amigos o gente que le debía muchos favores. Por otro lado los liberales, -por decir algo- partidarios de la reina Isabel, llamados tambien «isabelinos» o «cristinos», aunque en el pais vasco fueron llamados «guiris» El 29 de septiembre de 1833, muere el rey Fernando VII y a partir de ese momento los acontecimientos, cada vez mas preocupantes van a aparecer uno tras otro. Parece claro que unos de forma clara y otros que tenían que guardar cierta compostura, no parece que el fallecimiento del monarca supusiese más luto y dolor que el exlusivamente protocolario.
Fig. 1 Comunicado del Secretario de Despacho del día 29 de septiembre comunicando que la Dª Cristina asume las funciones de Reina Gobernadora durante la minoría de edad del Isabel II.
La reina consorte tiene que asumir de forma inmediata la jefatura del Reino, en nombre de «mi augusta Hija la reina Doña Isabel II» (con algo más de tres años). El inmediato 1 de octubre el Infante Don Carlos María de Isidro emitió un comunicado en el que declaraba su ascensión al trono con el nombre de Carlos V, de acuerdo con lo dispuesto en la ley sálica, con lo que se oponía a su sobrina Isabel en los derechos de sucesión al trono. Por otro lado, y por lo que afectaba más directamente a Villarta y a las villas del Gran Priorato, se publicaba el 30 de noviembre del mismo año de 1833, y en un Real Decreto la reina gobernadora expone: » tuve a bien, al confiaros por mi Real decreto de 21 de octubre el despacho del ministerio de Fomento, encargaros que os dedicáseis antes de todo a plantear y proponerme, de acuerdo con el Consejo de Ministros, la división civil del territorio , como base de la administración interior, y medio para obtener los beneficios que meditaba a hacer a los pueblos» [MIMISTERIO DE FOMENTO. Javier de Burgos. Real Orden. Madrid 30 de noviembre de 1833].
Para Villarta como decíamos, de todos esos acontecimientos quizás el que más le afectase, al igual que a otros pueblos del Gran Priorato, fue el Real Decreto de División Civil del Territorio. Este hecho unido a la constitución de los nuevos términos de Las Labores (1843) y de Puerto Lápice (1841) le va a suponere a Villarta al igual que a Arenas una disminución importante de sus territorios, por un lado, y por otro la división de los archivos en dos periodos: uno hasta la creación de los nuevos partidos judiciales ( con la documentación archivada en Alcazar de San Juan, cabeza del Partido de la Orden de San Juan con gobernador establecido en el mismo para todo el priorato y el otro periodo desde el establecimiento definitivo de los actuales partidos judiciales. ( La adscripción de Villarta fue mas compleja. En un primer momento permaneció en el Partido judicial de Alcázar, más tarde, -durante breve tiempo-, fue adscrito al Partido Judicial de Daimiel y finalmente al nuevo creado en Manzanares). Incluso desde un punto de vista religioso pasó a depender del Arzobispado de Toledo y más concretamente de la Vicaria General de Consuegra y de la otra Vicaría de apoyo, -la de Alcázar de San Juan-, ambas dependientes del Priorato de San Juan, al obispado de nueva creación en Ciudad Real, Obispado de las Órdenes Militares de Ciudad Real.
Fig.1. Datos de población de las villas del Priorato de San Juan, según los datos de la Orden de División Civil del territorio. (Elaboración propia)
Fig. 2 Adscripción de las distintas villas a los nuevos partidos creados. (Elaboración Propia.)
Fig. 3 Población total adscripta a los nuevos partidos (Elaboración propia)
Este caso, sin embargo, no parece tener excesiva importancia, o mejor dicho no parece que este cambio tenga por último fin mejora alguna para el total de la población sino un interés especial por parte de sectores. La división territorial o mejor dicho el ajuste más racional de los territorios, se había estado desarrollando desde finales del siglo XVIII. Concretamente el 22 de marzo de 1785 se hizo pública la obra «España dividida en Provincias e Intendencias y subdividida en partidos, corregimientos, alcaldías mayores, … por orden del Conde de Floridablanca.», en la que aparecía el Partido del Gran Priorato de San Juan, cuya capital era Alcázar de San Juan, capital y residencia del Gobernador del Partido. La Guerra de la independencia no dejó consolidar esta división y unos pueblos y otros comenzaron a reclamar el «pago» de sus servicios durante la guerra pasada. Y remarcamos que el problema es de intereses personales porque en 1821 Bauzá y Larramendi ultiman el diseño territorial de Castilla la Nueva y en ella aparece con más intensidad la provincia de la Mancha a la que se va a incorporar todo el Partido del Priorato de Alcazar de San Juan. «La nueva provincia manchega -a caballo de Castilla (Cuenca y la Mancha) y del antiguo reino de Murcia- no aparece definida hasta la intervención de José Agustín de Larramendi en el proyecto de división territorial. El ingeniero de Canales conocía bien estas tierras, pues a principios de siglo tomó parte en los trabajos de desecación de las lagunas próximas a Albacete..» [JESUS BURGUEÑO. La reforma de la división provincial en la meseta meridional (1800-1850).] Y el hecho porque no se consolidó esta nueva provincia fue por no ponerse de acuerdo en cual iba a ser la capital : Albacete o Chinchilla, aunque en un primer momento figuró Albacete ostentando la citada capitalidad. [La experiencia concreta inicial de Larramendi en estas tierras se realizó, como el mismo indica, en su trabajo titulado «Informe sobre la necesidad de desaguar las lagunasde La Mancha en beneficio de la pública salud y de la agricultura». Este trabajo lo iniciaba de la siguiente forma: “En Agosto de 1805 fuí de órden del Inspector general de Caminos a Villaharta para examinar la calzada y puente que se están construyendo junto a aquella villa, en la carretera general de Andalucía, y reconocer la naturaleza y circunstancias locales, con la idea de reducir el menor coste posible la ejecución de dicha obra. [JOSE MUÑOZ TORRES. El Gigüela y los proyectos para desecar su vega….¡ hasta que lo consiguieron! ].
(Fig.4) Villarta de San Juan y los «otros Villartas» en el «Diccionario Geográfico-Estadístico de España y Portugal», Tomo IX. Original de Sebastián de Miñano y Bedoya, 1828
En cualquier caso la propuesta de nueva provincia se hizo oficial y así, en el Archivo Parroquial de Villarta de la época citada, aparece el encabezamiento de «Villarta de San Juan, provincia de La Mancha» y también en el Diccionario de Sebastián Miñano, editado en 1828 (Fig. 4). Esta división tan radical, «aprovechando que el Gigüela pasa por Villarta», hizo que las poblaciones del partido de Alcázar fueran repartidas por otros diversos partidos como hemos señalado en las Fig. 1-Fig.2 y Fig.3. con el perjuicio especial de villas como la vieja cabecera del Priorato, Consuegra y de otras integradas a partir de ese momento en el campo histórico de Calatrava, como Villarta de San Juan y Arenas de San Juan. En cualquier caso el Campo de San Juan como entidad geográfica y administrativa quedó totalmente desaparecida.
En estos años de los que estamos buscando noticias en la prensa no aparecen conocimientos expresos de acontecimientos globales expresados Reales Órdenes y Secretos que de alguna forma incidieron negativamente sobre la economía y vida en Villarta. Aparte de los efectos negativos de los procesos desamortizadores que supuso para Villarta de San Juan y Arenas de San Juan, la desamortización, especialmente del monte de Madara, tierra de propios (propiedad de los ayuntamientos de las dos villas citadas), así como tierras de congregaciones religiosas que tenían estas arrendadas a gente de Villarta: Las Monjas y otra tierras de «al otro lado del río»; pues, bien aparte de estos problemas, durante estos años se publican las siguientes Órdenes o Decretos:
Ordenanza General de Montes, del 22 de diciembre de 1833. Entre otras disposiciones esta ordenanza contemplaba los siguientes puntos: Se podrán cerrar o cercar los montes. Podrán dedicarse a lo que se quiera. Podrán cortar y vender la madera a quien quisieren. (Para más curiosidad se puede ver aún la cerca de piedra del monte de las Monjas)
Real Orden de 20 de febrero de 1834. Entre otras cuestiones deja libre la fecha de iniciación de la vendimia.
Real Orden de 29 de marzo de 1834. Se podrán introducir los ganados en sus tierras en cualquier tiempo ( o los ajenos) sin que lo pueda impedir la autoridad municipal.
Ley de Caza y Pesca del 3 de mayo de 1834. Los dueños pueden cazar en sus tierras cuando quieran.
Libertad de arrendamiento.
Libertad de precios sobre todos los frutos ( No podrán estar sometidos a ninguna tasa o precio justo/fijo.)
R.D. de 6 de septiembre de 1836 ( Artículo 9)“Quedará enteramente libre y expedito el tráfico y comercio interior de granos y demás producciones de unas a otras provincias de la monarquía y podrán dedicarse a él los ciudadanos de todas clases, almacenar sus acopios donde y mejor les parezca y venderlos al precio que les acomode, sin necesidad de matricularse ni de llevar libros ni de recoger testimonio de las compras” (El análisis de este sólo artículo puede explicar por sí solo el interés de ciertos hacendados en acercar las vias rápidas de comunicación, como el ferrocarril a sus propiedades, como veremos más adelante). [JOSE MUÑOZ TORRES. Villarta de San Juan; Una aproximación al siglo XIX. La familia Solano.].
Retrato de un guardia civil en Reinosa entre 1855 y 1857 – William Atkinson.jpg [Fuente: Wikipedia]
Aunque sea por encima, hemos de señalar que por esta época, año 1844, se crea la Guardia Civil, hecho importante para, en un primer momento, cubrir los caminos reales y sobre todo el traslado de presos que hasta esa fecha, salvo que los presos fuesen militares o soldados, lo realizaban los vecinos sin posibilidad de excusa alguna para realizar esa labor y siendo responsables con sus bienes de cualquier fuga de los presos durante su conducción. En tal sentido en el protocolo de instrumentos publicos otorgados ante el escribano público Joaquin García Morato del año 1833 figuran varios referidos a poderes para pleitos y fianzas carceleras, estas últimas, para presos por acusación referida a fugas de presos traladados.
Desde el primer momento de la proclamación de Carlos V ( Carlos María Isidro de Borbón) como rey de España en contraposición de su sobrina, la que sería Isabel II, aparecen por nuestra comarca partidas de querrilleros carlistas. La más conocida de ella era la de Vicente Rugero, alias «Palillos», junto a su hermano Francisco que durante la guerra de la Independencia habían sido comandantes de caballería, aunque al terminar la guerra fueron licenciados con el grado de teniente. Naturales de Almagro levantaron partidas que llegaraon a tener unos quinientos hombres. El hecho de titularse con el nombre de partidas, – a diferencia de las tropas más organizadas posteriormente ya en 1834, de Don Basilio García- hizo que a niveles de información en prensa las tales partidas tuvieran la calificación de «bandidos», razón por la cual hechos aislados que aparecen en prensa citando a los mismos como tales bandidos, no es muy dificil de claificarles como «carlistas» o más bien como «bandoleros» o partidas de ladrones.
Fig. 6 Eco del Comercio del 5 de diciembre de 1834 ( Fuente: HemerotecaNacional. BNE)
Así en el diario Eco del Comercio del 5 de diciembre de 1834 (Fig. 6) aparece la siguiente información:
«Ciudad Real, 30 de noviembre. = El alcalde de Villarta de San Juan, con fecha 26 del corriente, me dice lo siguiente: Con fecha 18 del actual dige a V.S. lo que copio. En la mañana de hoy y hora de las once poco más o menos se me presentó un cañamero que dijo ser vecino de la Solana, y que concluían de robarlo en las olivas del camino real, distante una legua de esta población, una partida de ladrones , habiendo salido a él dos con trabucos y a pie, quitandole algunos efectos y maravedises. Al momento lo hice saber al comandante de la Milicia Urbana de esta villa Don Joaquin Espinosa, quien con la mayor celeridad reunió los pocos milicianos que había en la población , siendo dignmos del mayor elogio algunos individuos que s ehallaban trabajando donde pudieron oir la caja [toque de caja o toque de llamada para reunir a los soldados] y dejando sus labores viniveron a tomar las armas y salieron a reunirse a la carrera a su digno jefe, ofeciéndole morir a su lado y no descansar hasta capturar los malahechores que osasen pisar su término, contandose entre estos decididos mi compañero de vara [es decir, el otro alcalde ordinario de Villarta], que con su fusil trepando agua y barro ocupó los puestos que le fueron designados, siendo el resultado de esta gloriosa salida la aprehensión de dos ladrones fugados de presidio y de la Real cárcel de esa ciudad el uno, cogiéndoles los dos trrabucos y algunos efectos robados que gratuitamente se entregaron a los legítimos dueños pod dicho comandante; teniendo los reos en esta cárcel para remitirlos luego que concluya el sumario al Sr. Juez de este partido. Lo que hago publicar para que llegando a noticias de todos vean por una parte la vigilancia de las autoridades y decisión de la Milicia Urbana para aniquilar a los malos, y por otra la pronunciada suerte que tienen estos en cuantas ocasiones se precipiten. Ciudad Real 28 de noviembre de 1834.- Francisco de Paula Lillo. [ECO DEL COMERCIO. Diario del 5 de diciembre de 1834. Hemeroteca Nacional BNE]
Esta nota, aparentemente, no tiene «desperdicio» alguno y aunque no sea muy partidario de analizar lo que quiere decir la noticia, si está claro que o bien era presos fugados de la propia cárcel de Villarta o miembros de alguna partida de carlistas. El tratamiento que se les da a los dos fugados como miembros de una partida de ladrones nos hace pensar que se tratase de algunos individuos de «Palillos» u «Orejitas» que frecuentaban nuestras tierras aprovechando los frondosos montes de Megias, Casa de Don Gregorio, es decir los grandes encinares de la extensa dehesa de Villacentenos, donde podía pasar desapercibidos, aunque al lado del camino real de Andalucía. Por otro lado, es de suponer que ciertos sectores de la población de Villarta fueran claros simpatizantes de los carlistas por muchas razones, entre ellas la de haber conocido o estar agradecidos a algunos de ellos dado que el Infante Don Carlos había sido Gran Prior de San Juan. En este sentido «Es una nueva guerra con dos bandos que no solo defienden cuestiones dinásticas distintas sino, fundamentalmente, cuestiones socioeconómicas totalmente opuestas. MANUELA ASENSIO RUBIO dice a este respecto:“4º. Los campesinos, pastores, herreros, etc. apoyaron masivamente al carlismo. Para ellos era una salida frente a un orden social, económico y político injusto y desigual, que los marginaba por completo. Su reacción era el robo, el pillaje a los más ricos y acaudalados del pueblo. Era en definitiva, su forma de mostrar su desacuerdo con el nuevo sistema liberal impuesto, con su pretendida reforma agraria, que lejos de favorecerlos, los empobrecía aún más” [ASENSIO RUBIO, MANUELA.- El Carlismo en la Provincia de Ciudad Real (1833-1876).BAM. Ciudad Real, 1987].
El título de nuestro «poyete» se pregunta ¿Qué mas tenía que pasar?… ¡Pues nada mas ni nada menos que otra Guerra!. Una guerra en nuestros territorios en la cual solo había un ejercito, el realista, que había que aprovisionar y respetar y otro ejército, sin aparentes maneras militares, al que no había obligación de mantener pero que sólo su presencia en pequeñas villas desguarnecidas, -por mas que se publiquen noticias como la anterior del Eco del Comercio-, se bastaban para coger lo que quisieran en cada uno de los pueblos. Era otra guerra no conocida pero igual de desastrosa que las demas. La siguiente noticia nos deja entrever un poco los matices tan particulares de esta guerra.
Fig. 7 Diario El Guardia Nacional. Eco de la Razón. Lunes 21 de octubre de 1836 (Fuente: Hemeroteca Nacional. BNE)
La noticia que aparece en El Guardia Nacional del 21 de octubre de 1836 (Fig. 7) hace referencia a la persecución que el General Rodil ( en la noticia figura como señor Rodil) hace para detener al general carlista Gómez, termina con la toma por el mismo de Almaden el 24 del mismo mes, llevó a destitución del citado General Rodil. La noticia puede darnos una idea de los problemas que podían padecer pueblos como Villarta:
Manzanres 10 de octubre Hoy estaba en Villarta parte de la división del señor Rodil que marchaba para fijar su cuartel general en Daimiel. Celebran la disciplina de las tropas que manda el señor Rodil así como se quejan de la que pernoctó anoche en Villarta que salio ayer de Madridejos. En este pueblo el comisario habilitado exigió 8.000 reales de su justicia, con una orden suplantada del general, quien habiéndolo sabido y no apareciendo dicho proveedor, al tiempo de marchar, dió un bando para que cualquiera que supiese su paradero lo presentase. Un muchacho le descubrió, y puesto sobre una bestia le llevaron al general, habiéndole encontrado un saquito de onzas que tenía liado al cuerpo. [ EL GUARDIA NACIONAL. Diario del 21 de octubre de 1836]
Fig. 8 Diario Eco del Comercio. Día 3 de mayo de 1837 ( Fuente: Hemeroteca Nacional.BNE)
Aunque el año crucial en esta guerra en la provincia de Ciudad Real, es el año de 1838, esta noticia va a dar paso, al final del año a una más continuado aparición de datos sobre la guerra en la Mancha. En cualquier caso los datos son imprecisos, van de boca en boca, desde el lugar donde se produce la noticia hasta donde se encuentra el corresponsal de prensa más cercano. En la siguiente noticia habla de la actuación del general Isidro , sin más indicación de su nombre títulos o apellidos. En realidad se trataba del Teniente General Isidro de Alaix, el que al final sería senador real, aunque previamente había sido destituido de su rango militar. El agradecimiento en aquellos días, como parece ser que ha ocurrido, ocurre y si es posible no vuelva a ocurrir, no ha sido una gracia merecida por muchos de los hombres que se han ocupado de las cosas públicas. La nota aparecida en la prensa decía textualmente:
«Ciudad Real, 30 de abril. El general Isidro ha batido al rebelde Palillos a las inmediaciones de Villarta, al tercer día de persecución, causándole una pérdida de 26 muertos, y cogiéndole 20 caballos. El general continua en persecución de aquel infame, que tantas victimas ha sacrificado y tantos estragos ha hecho en este pais». [DIARIO ECO DEL COMERCIO. Día 3 de mayo de 1837]
Fig. 9 Cabecera del Diario El Castellano del día 16 de diciembre de 1837 ( Fuente: Hemeroteca Nacional BNE)
La experiencia de la guerra de la Independencia en España no fue comparable con la de esta primera guerra carlista. En esta guerra los grandes ejercitos que pasaban por Villarta eran los realistas, porque los carlistas, es decir los que se «habían echado al monte», solo en cuadrillas se acercaban para recabar alimentos y robar todo cuanto pudieran. No era momento para abandonar Villarta como en 1809 cuando fue arruinada; ahora estan en zona que no era de guerra pero aunque fuesen pocos los que atacaban, realmente no tenían quien les defendiese. El caso es que bien comunicado, con carreras de Postas en el camino Real de Andalucía, y con buenos y tupidos encinares en donde esconderse de las persecuciones de los ejercitos y con fácil acceso para adentrarse en las entonces de dificil paso para ser perseguidos, como eran las Sierras de Villarrubia, Villarta fué durante bastante tiempo zona de guerra de querrillas.
Un periodico de esa época (fig.9), como es muy frecuente exponer las circunstancias cuando las cosas no van como ellos quisieran, decía:
Manzanares, 10. Los facciosos han estado 4 días seguidos en pequeños grupos robando a todo pasagero entre Villa Harta y la venta de Quesada, casi a la vista de un destacamento de más de 40 hombres de infantería que hay en la venta, y de otros 34 infantes y 28 caballos que hay en Villaharta. Este es el resultado de no haber organización militar ni gefes inmediatos responsables. Nuestros soldados son buenos, valientes, decididos; pero no hay plan ni combinación : sus esfuerzos no son bien dirigidos y la causa lo sufre» [Si a este artículo de 1837, se le cambian algunas palabras donde dice militar decir políticos, donde dice causa decir patria, veremos que no han cambiado mucho las ideas en casi doscientos años] Esta noticia se complementa con otra de igual fecha y en el mismo periódico desde Herencia: Ayer los valientes nacionales de esta han cogidoen la casa de campo llamada del Letrado, sita en la Mancha de Alcázar [creo que se refiere al lugar denominado «las manchas»] seis facciosos, de los que han sido fusilados cinco. Les cogieron cinco buenas caballerías y les mataron un caballo. Por nuestra parte no hubo desgracia alguna. Si la organización de la milicia fuese más atendida por las autoridades provinciales , su servicio sería mas efectivo. Las subinspecciones debieran ser más activas y esta mas organizadas.» [EL CASTELLANO. Desde 1836 a 1846 se publico en Madrid De 1904 a 1935 se publico en Toledo]
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Pág. 10. Cabecera del Diario El Español. Día 22 de diciembre de 1837 (Fuente: Hemeroteca Nacional BNE)
Lo curioso de esta guerra es que ambos bandos habían practicado la guerra de guerrillas durante la guerra de la Independencia y algunos o muchos de aquellos cabecillas de las partidas eran ahora oficiales reconocidos y de prestigio en los ejercitos regulares que establecían combate como tales y debían perseguir a las partidas como las que recorrían la Mancha de un lado a otro. El diario El Español (fig.10), hacía un repaso de la actividad de las tropas gubernamentales o realistas, sin acordarse de como debían combatir a las partidas. Decía así el día 22 de diciembre de 1837:
«Villarta de San Juan 14 de diciembre. Esta provincia, la mas desgraciada de todas, se halla en el mayor abandono, pues hace mas de un mes que no sabemos si hay tropas o no en ellas, lo que sabemos bien es que los facciosos andan por donde les da la gana, y haciendo acopios de toda clase de granos a espensas de los infelices carreteros de la villa de Manzanares y de otros puntos de la provincia, que hace 15 días consecutivos que están robando todo el grano que viene de las Castillas, entre esta villa [suponemos que se refiere a Villarta] y la venta de Quesada, donde hay un destacamento de 40 hombres, y a su presencia están robando. Hace cuatro días que se llevaron 14 carros de Manzanares cargados de granos a la sierra de Fuente del Fresno, como tambien a sus dueños porque llevaban nueve escopetas; la partida de facciosos ladrones se componía de 40 hombres bien montados y armados; ayer se llevaron varios carros cargados de granos y entre ellos se llevaron tambien municiones de perdigones y balas; y aunque le conste al gobierno que están cometiéndose en esta carretera toda clase de robos y asesinatos , no por eso vemos el remedio.» [EL ESPAÑOL, día 22 de diciembre de 1837]
Fig. 11. Cabecera del Diario El Correo Nacional del día 8 de abril de 1838 ( Fuente: Hemeroteca Nacional BNE)
Para no ser reiterativo en las imagenes y, sobre todo, exisitendo diarios con información más frecuente, hemos preferido adjuntar la cabecera del diario y luego a continuación la noticia personalizada sobre Villarta con indicación de la fecha de publicación. El 19 de febrero de 1838 publicaba la sigueinte noticia:
El Capitan general de Castilla la Nueva en 16 del mismo manifiesta: Que el mariscal de campo conde de Mirasol, encargado del mando de las operaciones en las provincias de Toledo y Ciudad Real, dice desde Madridejos que el 14 a las cuatro de la tarde, marchando sobre Villarta, se presentó en el camino real una partida de 12 facciosos de Palillos, la que tuvo la osadía de hacer fuego a los cuatro cazadores a caballo de la Guardia que iban de exploradores; pero que el cabo Francisco Coll que los mandaba cargó inmediatamente a los rebeldes, causándoles dos hombre muertos y otros dos prisioneros, además de haberles cogido cuatro caballos y varias armas. Que en el interin el comandante D. Donato Goicoechea, que subió por la izquierda al mismo tiempo , se apoderó también de dos caballos y algunas armas; añade el referido general que llegó al dicho pueblo de Villarta al oscurecer y que salió a las dos de la madrugada con el objeto de sorprender el pueblo de las Labores, donde según se publica residían los rebeldes de la facción del mencionado Palillos que infestan y roban la carretera. Que a las cinco y media de la mañana tenía ya rodeada la indicada población, siendo el resultado haber muerto 8 rebeldes y capturado cinco, cogiendo siete caballos, varias armas y otros efectos; concluye expresando que entre los prisioneros se halla el famoso ladrón de Manzanares, llamado Marcos Blanco, y el rebelde titulado el Espartero, terror de aquella comarca.[ EL CORREO NACIONAL. 19 de febrero de 1838. Hemeroteca Nacional.BNE].
En la zona a la que hace referencia esta noticia, al norte de la ribera derecha del Gigüela, en la zona de la Casa Plaza, ya hubo otro enfrentamiento el 25 de julio de 1836 que es recogida en el archivo parroquial de la Parroquia de San Juan Buatista de Villarta:
“25 de julio de 1836. Se registran las defunciones de Hermenegildo Illescas, alias Zanquilla, de 36 años de edad, hijo de Hermenegildo Rodríguez Illescas y Teresa Ortega y marido de Rafaela Gómez-Lobo y el de Venancio Portillo, alias Chinorra, de 18 años de edad, hijo de Juan de Dios Portillo y Dª Teresa Remón de Zancada, ambos naturales de Herencia. Fueron muertos en la casa Plaza por una partida de nacionales por ser individuos de una partida de ladrones” [ARCHIVO PARROQUIAL DE VILLARTA DE SAN JUAN. Libro 3º de Defunciones]
De la propia redacción del registro de defunción podríamos deducir las características de esta guerra en nuestra zona. En primer lugar porque muy frecuentemente, como es el caso citado, los encuentros tienen lugar entre partidas de uno u otro bando. Es decir, aparte de las tropas regulares de ambos contendientes, las escaramuzas son libradas frecuentemente por partidas. En este caso hemos de pensar que los dos muertos fueran integrantes de la partida de Benito Cuervo, Lobito, natural de Madridejos y que la partida de nacionales, como dice el prior de Villarta, Pedro Malpica y Cabellos, fueran miembros de la milicia nacional o de la partida de Tiradores de la Mancha.
En el mismo periodico el 5 de abril de 1838 se publica ls siguiente noticia:
El general Pardiñas estaba el 2 del corriente en Consuegra. El día anteior salió de Villarta don Basilio, con dirección al parecer a Fuente del Fresno. El general Flinter se cree estaría el mismo día en Villarta o Villarrubia de los Ojos [ EL CORREO NACIONAL 5 de abril de 1838. HEMEROTECA NACIONAL. BNE].
Durante estas fechas se producen los acontecimiento mas bélicos en esta zona. No hay que olvidar que Don Basilio Garcia era el militar carlista de más categoria en la zona de la Mancha y responsable de un numeroso ejercito que posiblemente chocó con las ideas menos militares de los cabecillas carlistas sobre todo de Orejitas y Palillos. El mismo diario El Correo Nacional, publica una nota el día 8 de abril con el título de la «espedición de Don Basilio»:
«Consuegra 2 de abril. Salimos de Toledo precipitadamente con el fin de proteger estos pueblos de la rapacidad de Don Basilio, que el mismo se titulaba Don Basilisco. En Yébenes, a donde fuimos desde Toledo , hubo necesidad de detenerse porque pudiesen incorporarse las dos compañias de cazadores del Regimiento de Córdoba que habían ido a Puente del Arzobispo, pues nuestra fuerza aun con ellas es muy corta en infanteria y de caballería sólo cien caballos; hoy debemos dormir en Urda, mas no será extraño que quedemos en este punto porque Don Basilio no está lejos. Este cabecilla, despues de haber destruido los fuertes que había en Orgaz, Yébenes y Menasalvas, cometiendo en este último pueblo atrocidades y desacatos, marchó al Almaden donde ha estado diez días, se apoderó de su guarnición y de 72 caballos del resguardo; regresó otra vez a la Mancha por la Calzada, y pasando por las tapias de Manzanares, marchó a Villarta, donde destrozó un rebaño y durmió anoche en Villarrubia; no sabemos cual sea la marcha que haya hecho hoy, que la supongo a Fuente el Fresno o Malagón, y esta es la causa de nuestra detención. Es una lástima que estos pueblos no hayan recibido la jusa protección que merecen, pues por sus padecimientos son dignisimos de ella… [EL CORREO NACIONAL, 8 DE ABRIL DE 1838]
Fig. 12 Estado que manifiesta las fuerzas de ambas armas del Coronel de E.M. D. Joaquín Dalmau ( Fuente: El Correo Nacional del 10 de octubre de 1838. Hemeroteca Nacional.BNE.)
Terminamos este recorrido sobre periodicos de la fecha, dejando aparte muchos porque sino el «poyete» no haría «sanochar» y como decían antes: «madrugar y sasnochar no caben en un costal», dejamos esta guerra que durante tanto tiempo produjo quebrantos e inquietudes en nuestros pueblos, aunque en algún otro momento hagamos nuevas referencias. En el cuadro de la fig. 12, publicado en El Correo Nacional aparecen ls fuerzas situadas a lo largo del camino real desde Ocaña hasta Bailen en 4 secciones. La 2ª sección es la corrspondiente al tramo Puerto Lápice a Manzanares y al frente de ella estaba D. Pascual Pérez, capitán de la compañia depósito de Zaragoza. La distribución de las tropas era de 1 Jefe, 9 oficiales, 302 soldados y 70 caballos. La mayor parte de la tropa esta situada en Puerto Lapice 1 Jefe, 6 oficiales , 138 soldados y 25 caballos; En Villarta era de 2 oficiales, 68 soldados y 25 caballos. (Todos era de caballería: Caballería Ligeros de Madrid). El resto del siglo no fue precisamente una delicia, siguieron las guerras carlistas aunque estas en nuestra zona no fuera muy virulenta, la proclamación de la primera républica, las últimas guerras coloniales de Cuba y Filipinas, donde fueron a parar gente de nuestro pueblo (No tengo datos de cuantos serían pero al menos en mi familia si fueron dos: mi abuelo Felix, del que hace poco encontré su cartilla militar con la concesión de una cruz militar, el tio Diego, y supongo que algunos más de los cuales muchos de vosotros tendréis noticias y recuerdos….. Y pasados unos cuantos años más otras guerras.
José Muñoz Torres, cronista oficial.