Hay días en que, acudir a la cita con todos vosotros, cuesta un esfuerzo añadido y es el de tener que luchar contra la desesperanza; la impotencia de ver como el esfuerzo realizado por tantas personas puede ser nulo ante el comportamiento insolidario, estúpido e inhumano, de algunas personas, que van arrastrando y haciendo ineficaz, -con su egoismo-, la entrega de los demás. Muy pocas veces he visto decir tantas barbaridades hacia personas por solo tener otras ideas, u otras formas de ver la vida; lo que parece importar a algunos es encontrar alguien que sea culpable; muchos están utilizando el «facebook» como una plataforma de agresividad, de ofensa, de ingratitud,… Junto a la pandemia del coronavirus, está desarrollándose otra epidemia que no parece que sea fácilmente atajada. Esta nueva pandemia, contagia facilmente a los que tienen dedos ágiles, lengua suelta y un poco de «mala baba». Espero que cuando pase el tiempo, y alguien escriba sobre lo que ahora está pasando, tenga la lucidez y la sinceridad de contar nuestro comportamiento: Los errores de unos y otros, los aciertos de unos y otros, el esfuerzo de unos y otros, el saber hacer de unos y otros, la «mala baba» de unos y otros, lo que hicimos unos y otros, lo que dejamos de hacer unos y otros; cuántos de nosotros estamos con los brazos cruzados esperando que otros nos resuelvan los problemas o lo que es peor, esperando que quienes se esfuerzan en resolver nuestros problemas se equivoquen para caer sobre ellos, como si fuesen los responsables de todo. Mientras tanto no olvidemos el esfuerzo de esa mayoría de unos y otros, solo porque algunos pocos unos y algunos pocos otros han optado por seguir la postura cómoda de poner en duda el trabajo de todos los demás, sin aportar ningún esfuerzo. Cuando escribo esto son las 11:30 de la mañana del día 24 de marzo de 2020, ayer se enterró a Soledad Pérez García, hoy ha muerto su hija Ester Caballero Pérez, mañana …. Su recuerdo y su muerte ¿no merecen, al menos, que desterremos tanta vana palabrería, insultos, ofensas,….?
No hemos tenido ocasión, al igual que pasó con Lucio, de poder acompañar y estar junto a los familiares de Santos Camacho y Sole Pérez García ni junto a los de su hija Ester Caballero Pérez, pero, al menos, que nuestro recuerdo en este «poyete» sirva como abrazo y consuelo para todos sus familiares.
Por si sirve de algo en las malas horas que vivimos os envio un «poyete» extraordinario que no habla de Historia ni de recuerdos pasados, sólo quiere hablar del hoy que todos padecemos:
Contigo, Gloria Fuertes que ya estás en el cielo
o donde sea que debe ser muy buen lugar,
o en el sentimiento de todos cuantos te recuerdan.
Siguiendo tu oración permite
que, a mi modo, rece contigo,
en estos momentos, a ese Padre que está:
Junto a los que creen en Ti, y junto a los que en Ti no creen.
Junto a los que hablan y junto a los que callan.
Junto a los que cumplen y junto a los que se resisten a cumplir.
Junto a los blancos, junto a los negros.
junto a todos los que juntos convivimos o debiéramos convivir.
Junto a los que dan y junto a los que reciben.
Junto a los que se lo guardan y junto a los que lo esperan
Junto a los que trabajan y junto a los que bendicen su trabajo
Junto a los que salen a un balcón y aplauden y junto a los que salen al balcón y lloran.
Junto al que sabe cantar y canta para hacer más amable la vida de otros.
Junto al que utiliza las redes sociales para facilitar la vida a todos los que lo están pasando mal.
Padre nuestro que estás en la tierra incluso junto al que maldice, insulta, u ofende porque sabes que son ellos los que quizás necesitan más tu cercanía en estos momentos.
Termino con las palabras que decías en tu oración, Gloria Fuertes:
“Padre que habitas en cualquier sitio,
Dios que penetras en cualquier hueco,
Tú que quitas la angustia, que estás en la tierra,
Padre nuestro que sí que te vemos
los que luego te hemos de ver,
donde sea, o ahí en el cielo.”