LA LEYENDA TOLEDANA SOBRE EL ORIGEN DE LA FESTIVIDAD DE Nª Sª DE LA PAZ

El origen de las festividades religiosas, en nuestro caso el de las festividades relacionadas con la Virgen, siempre han tenido muy dificil explicación pues casi siempre se ha visto su origen envuelto en una serie de milagros y leyendas que le dieran  verosimilitud y despertara, al mismo tiempo, una devoción especial. Son muchas la ocasiones que, a través de los programas de festejos y de nuestros «poyetes», hemos ido explicando el origen y la fecha de la creación de la festividad de la Virgen de la Paz, pero las grandes Hermandades y/o Cofradias tienen su historia escrita desde hace mucho tiempo y prefieren que la institución de la festividad se mantuviese en esa fecha difusa cuando todavía Toledo no estaba segura en manos de los reyes cristianos, en especial del rey Alfonso Alfonso VI, al que le atribuyen la creación de esa festividad. En lo que si se coincide es que la festividad se celebre al día siguiente de San Ildefonso, aunque en esa fecha aún no existiese la festividad del santo arzobispo toledano.

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Virgen de la Paz en Toledo (Convento de Santo Domigo el Antiguo. Posible talla de mediados del siglo XVI)

La festividad de Nuestra Señora de la Paz  tiene aún, -para muchos autores-, origen en un acontecimiento ocurrido poco después de la toma de Toledo por Alfonso VI  en mayo de 1085.  Cuenta esta tradición-leyenda,  que el rey Alfonso firmó un acuerdo con las autoridades religiosas árabes de Toledo, según el cual estos podían seguir utilizando su mezquita mayor para sus cultos ( norma permisiva para los musulmanes, por otro lado, muy común en aquellos tiempos aún inciertos de la conquista del espacio entre el  Tajo y el Guadiana que no llegará a ultimarse hasta casi doscientos años después). Por otro lado, Toledo, en aquellos momentos, seguía considerándose, la ciudad importante de la peninsula que en su momento, -hasta 711, fecha de la invasión musulmana-, había sido capital del reino Visigodo. Eran otros tiempos y la lucha con los musulmanes tenía sus día buenos y sus días malos. En los dos años siguientes Alfonso VI sería vencido en Sagrajas (1087), al norte de Badajoz y posteriormente, en 1097, volvía a ser derrotado en la batalla de Consuegra, con Toledo a la vista de las tropas almoravides. Es decir, la situación militar de Alfonso VI no le permitía mantener ninguna opresión ante la gran población árabe que permaneció en Toledo. Además las disputas con los otros reinos cristianos de España, hacía de los reyes habituales apagafuegos de conflictos en otros lugares de sus reinos. Y la leyenda, -que es aceptada por gran número de historiadores-, dice que en ausencia del rey, la reina Constanza y el obispo Bernardo de Sédirac, decidieron romper los acuerdos del rey con los musulmanes y trataron de convertir la mezquita mayor de Toledo en iglesia consagrada y dedicada a la Santísima Virgen. Esta decisión generaría un malestar de los musulmanes  con los cristianos y los primeros cosideraron rotos los pactos con el rey Alfonso. Enterado de todo ello el rey, vuelve apresuradamente a Toledo  dispuesto a mantener la palabra dada a los musulmanes de respetar su mezquita, pero ante la postura del rey y temerosos los musulmanes toledanos de posteriores reacciones de la población cristiana, le piden al rey que acepte la donación de la mezquita para lo que crea más conveniente, a fin de evitar un cruel y posible enfrentamiento. Así lo acepta el rey Alfonso el día 23 de enero.  Esta aceptación por parte del rey Alfonso habla de un nuevo acuerdo que muchos historiadores, habiendo oído de que la creación de la festividad fue por  haber hecho las paces, dieron por válida la historia de que el rey consagra la mezquita como Iglesia Metropolitana de Toledo dedicada a Nuestra Señora bajo la advocación de la Paz en recuerdo de la inesperada paz alcanzada con los musulmanes y al coincidir con la festividad de San Ildefonso, deciden que la festividad se celebre el día 24 de enero. Pero como hemos visto en otros «poyetes» la paz que ocasionó la creación de la festividad de Nª Sª de la Paz, fue por la finalización de la guerra, entre Pedro I de Castilla y Enrique de Trastámara trescientos años después de los hechos de Toledo.

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Virgen de la Paz. Villarta (Destruida en 1936) [Fotografia propiedad de Lucas Muñoz Rodriguez]

Siguiendo los pasos de todo cuanto venimos narrando, vemos cómo hechos reales, junto a viejas y piadosas leyendas, dan forma y cuerpo a una historia que no tiene nada que ver con la realidad. Es decir una serie de hechos pseudohistóricos e interesados -para los que lo promovieron y divulgaron- se convirtió en lo que hoy llamaríamos una  «fake news», una falsa noticia que aún se mantiene como realidad.

Sin embargo, la realidad es que -utilizando a San Ildefonso como catalizador de todos los acontecimientos-, se pretende justificar la creación de la Festividad de Nuestra Señora de la Paz, en 1085. Es cierto que litúrgicamente se une la festividad del Santo a la de la Virgen de la Paz, pero con indicación expresa de que así se hace para celebrar la festividad de Nuestra Señora, al día siguiente de la del Santo Arzobispo, en atención a la devoción del santo arzobispo por la Virgen. Pero, sólo hace falta observar la relación de fechas de los principales acontecimientos de aquellas épocas, para ver la imposibilidad de ciertas afirmaciones. A continuación indicamos la relación cronológica de parte de los hechos ciertos que afectan a este caso:

  • Sin fecha conocida:  Festividad de la Anunciación (25 de Marzo)

  • Diciembre de 656: Creación de la festividad de La Expectación del Parto de Maria ( Canon 1ª del X Concilio de Toledo)

  • 23 de enero de 667: Fallecimiento de San Ildefonso

  • 26 de julio de 711: Invasión árabe. Batalla de Guadalete.

  • 25 de mayo de 1085: Reconquista de Toledo por Alfonso VI.

  • 18 de diciembre de 1086: El día de la festividad de la Expectación de María es elegido arzobispo de Toledo don Bernardo de Sédirac.

  • 15 de octubre de 1088: El Papa Urbano II confirma su elección.

  • 1086: Los almorávides derrotan a Alfonso VI en Sagradas.

  • 1097: Derrota de Alfonso VI en Consuegra.

  • 1106: Los árabes sitian la ciudad de Toledo.

  • 1285: Privilegio del Rey Don Sancho, siendo arzobispo de Toledo don Gonzalo    Pétrez

“… En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, que son tres personas y un Dios, e a gloria y honra de la gloriosa santa Maria su Madre, a quien nos tenemos por Señora y Abogada en todos nuestros fechos. Sepan quantos esta carta de privilegio vieren como nos D. Sancho por la gracia de Dios Rey de Castilla, de Toledo, de León, en uno con la Reyna doña Maria mi muger, y con la Infanta doña Isabel nuestra primera hija y heredera, Porque la muy noble ciudad de Toledo es cabeça de toda España, e logar que aman mucho los Reyes, e fue siempre mucho  preciada, e mucho honrada de antigüedad aca. E otrosi enguantas gracias quiso Nuestro Señor Iesu Christo honrar a la Santa Iglesia de Toledo, e mostrar que la amaba señaladamente entre todas las otras iglesias: lo uno placiendole que la gloriosa Virgen Santa María su madre descendiese hi corporalmente por remembrança de honra a ofrecer y presentar su ofrenda muy noble, e vestidura preciosa , al santo glorioso Confesor San Ilefonso Arçobispo de este lugar…”   [PORTOCARRERO, FRANCISCO.- Libro de la Descensión de Nuestra Señora a la Santa Iglesia de Toledo y vida de San Ilefonso, arçobispo della. Madrid, 1616]
  • 1-04 a 13-05 de 1302: Concilio de Peñafiel ( Proclamación de la   festividad de San Ildefonso).

En la anterior relación figuran fecha claves relativas a la vida de San Ildefonso y otras relacionadas con la creación de algunas fiestas marianas ( La festividad  de la Anunciación o la Virgen de Marzo y la festividad de la Expectación del Parto  de la Virgen María, 18 de diciembre) así como otras relacionadas con el arzobispo toledano, San Ildefonso, el San Alifonso de nuestras paces).

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Virgen de la Paz. Villarta.( Imagen destruida en 1936) [Fotografía Archivo personal]

En lo que sí coinciden los dos principales motivos de la festividad de Nuetra  Señora de la Paz  es el hecho de que en ambos la festividad se señala como una fiesta de agradecimiento a la Virgen al haber conseguido una paz, motivo mas que suficiente cuando la consecución de esta se produce tras varios años de guerras y calamidades. Y este es el hecho que explica la circunstancia de que muy pocos pueblos de los muchísimnos que celebran la festividad de la Virgen de la Paz relacione su inicio con algún milagro de la Virgen o una aparición de la misma. Y en Villarta esa característica de agradecimiento se fue manteniendo durante siglos y aún se mantiene (La hoguera, mas visible antes, cuando se hacía con gavillas, duramente recogidas y valiosas dando las gracias por que se habían solucionado problemas, enfermedades,… o los cohetes,  o todavía,  al ver la puja de los brazos y los rostros de los que pujan por ellos que son símbolo de agradecimiento). Por eso, aunque las causas no importen si merece la pena intentar, o al menos aclarar todo lo que tenga relación con las «Paces». No se trata, como dice EDUARDO ESTELLA, de arrinconar tradiciones sino de «relegar a los confines de la leyenda la popular tradición toledana, que señalaba un comienzo violento en esta fase de la Historia Eclesiástica de Toledo» [EDUARDO ESTELLA ZALAYA. Discurso de contestación del Académico númerario D. Eduardo EStella Zalaya al INgreso en la Academia de Bellas Artes de Toledo del Sr. Rodrígurz y Martínez Aaaaaambrosio. Toledo, 1926].

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Villarta de San Juan, hace mas de 100 años. Procesión de la Virgen de la Paz, a su paso frente al ayuntamiento.

Somos conscientes que en la Historia General y amplia, los sucesos secundarios suelen pasarse por alto, de tal forma que la información dada por historiadores de renombre será muy difícil rebatirla porque siempre se escudaran en la autoridad de quien los escribió (Este es el caso de la información dada por los clásicos del tema, como Portocarrero, Quintadueñas, Salazar de Mendoza, etc. citados por nuestro paisano e invetigador José Vicente Heredia Menchero). Sin embargo profundizando en la pequeña historia se ve claramenete los errores asumidos por sucesivos estudiosos del tema. Y es importante este aspecto porque la tradición de la fiesta de Nuestra Señora de la Paz ha cruzado mares y tierras lejanas llevando consigo un error manifiesto de fechas, aunque el espíritu de la fiesta sea siempre el mismo e invariable.

La tradición toledana de la festividad de la Virgen de la Paz nos habla de su institución con motivo de los graves disturbios por la ocupación de la mezquita  mayor de Toledo, tal y como hemos referido anteriormente, situando la creación de su festividad en el año 1086 asi como la consagración de la mezquita como Iglesia catedral bajo el nombre de Nuestra Señora de la Paz. Sin embargo:

“El día 18 de diciembre de 1086 convocó el rey Alfonso VI a los grandes, obispos y abades de su reino, de los que resultó una gran concurrencia. Lo primero que trataron fue de dar gracias a la bondad divina, por cuyo favor había recobrado la cristiandad dos años antes la insigne ciudad de Toledo. Cada uno según el caudal que tenia de autoridad y elocuencia lo encarecía con las mejores palabras posibles. Luego se trató de crear arzobispo de Toledo, saliendo por voto comun electo Dom Bernardo, abad de Sahagún …”  (Concilio de Toledo del año 1086 o mas bien cortes en que el rey Alfonso VI dotó con mucha munificencia a la iglesia de Toledo, libre ya de la tirania de los sarracenos, eligiendo en esta junta por prelado de la referida ciudad a Bernardo, abad de Sahagún) [JUAN TEJADA Y RAMIRO.- Colección de cánones y de todos los concilios de la Iglesia de España y América. Parte II. Concilios del siglo IX en adelante. Tomo III. Madrid. 1864]

Según este dato, el obispo de la tradición toledano, -Bernardo de Sédirac-, era en aquellos momentos de incertidumbre ( año 1085 ) abad de un convento y tardaría aún casi dos años en ser elegido obispo, incluso pendiente de la ratificación del mismo. Difícilmente, un abad podría consagrar una catedral y menos dedicarla a una determinada advocación, en este caso Nuestra Señora de la Paz, sin haberlo antes consultado con un cabildo, que tampoco existía en ese momento. Curiosamente este concilio o cortes donde se elige al nuevo obispo de Toledo tiene lugar el dia de la Expectación del Parto de María, celebración a cuya instauración tanto contribuyo San Ildefonso.

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Abriendo paso a su Virgen de la Paz. Villarta, años 50. Día de La Paz. (Fuente: Miguel Angel Cándenas)

Cuando hablamos de Iglesia de Toledo se hace en referencia a la Iglesia particular de la Ciudad y no del territorio que, posteriormente, fuera del Arzobispado. Es impensable que el Arzobispo Bernardo estableciera la nueva festividad de María en un territorio aún no definido, sobre todo teniendo en cuenta que las ingerencias de un obispado en los territorios de otro eran muy castigadas. Por otro lado, tampoco parece creíble que el rey Alfonso VI se prestase a esa tarea pues su situación en Toledo es precaria, hasta tal punto que las derrotas ante los almorávides en Sagrajas(1086) o en Consuegra (1097) hace que los almorávides de Yusuf Ibn Tasfinm, sitien Toledo de forma permanente.  En cualquier caso en el año siguiente aún no están fijados los límites de diócesis sufragáneas del Arzobispado de Toledo, de tal forma que en el Concilio de Husillos celebrado en el año 1088 o finales del 1087, se aprueba en uno de sus cánones, los límites del obispado de Osma  [JUAN TEJADA Y RAMIRO. Obra citada]

Otra punto a rebatir en la tradición Toledana es la creación de la fiesta al día siguiente de la celebración de la de  San Ildefonso. A pesar de que la figura del santo Arzobispo se mantiene entre la población mozárabe de Toledo mientras la ocupación árabe, lo cierto es que en ningún momento, en esta época que estamos analizando aparece la figura del Arzobispo, a pesar de las historias escritas por su sucesor San Julian o la pseudohistoria del obispo Cixila, que lo fue , cuando ya Toledo está en poder de los árabes. Es más la fama de San Ildefonso renace con las historias o Milagros de Santa Maria, de Gonzalo de Berceo, o la Vida de San Ildefonso del ex Beneficiado de Úbeda, obras escritas a principio del siglo XIV.

 En este punto dice el citado Eduardo Estella Zalaya:

“ Trátandose de una fiesta religiosa instituida en los albores de la reconquista toledana y por un motivo como el señalado, no ha de ser aventura la conjetura de que el mismo Arzobispo D. Bernardo, para quien tenía especialísima significación y recuerdos, tratase de perpetuarla y algún vestigio, sería natural, por otra parte, que hubiese dejado en la rica colección liturgica, que guarda todavía la biblioteca del Cabildo Toledano. Constituyen esta colección buen número de breviarios, misales, leccionarios y antifonarios de coro, calendarios y libros de memorias, todos ellos de uso corriente en la catedral a partir del siglo XII. Pues bien, no aparece, no aparece vestigio alguno de tal fiesta hasta los códices, que por su tipo de letra y otras circunstancias, pueden localizarse con certeza en la segunda mitad del siglo XIV; en los anteriores a esta época el silencio es absoluto. [ESTELLA Y ZALAYA, EDUARDO. Obra citada. No podemos olvidar que este autor debía contar con información de primera mano sobre la Biblioteca Catedralicia dada su condición de Canónigo y Archivero-Bibliotecario de la Catedral.]

Que se celebre la fiesta de Nuestra Señora de la Paz, al día siguiente de la de San Ildefonso, dice la tradición toledana y así viene siendo en la actualidad, de tal forma que la festividad del Santo Arzobispo en Villarta viene siendo celebrada aunque prime sobre ella las visperas de la de Nuestra Señora. Pero, efectivamente, eso fue después, bastante después de las fechas marcadas por la tradición toledana, porque la instauración de la festividad del Santo Arzobispo tiene lugar en el Concilio de Peñafiel del año 1302.

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Virgen de la Paz. Talla del año 1939, original de Josep Maria Bayarri i Hurtado. Hall de entrada del ayuntamiento de Villarta (Archivo Personal)

Finalmente hemos de destacar la institución de esta festividad de San Ildefonso porque claramente nos deja entrever que la tradición toledano está elaborada cuando ya hace mucho tiempo que han ocurrido los acontecimientos buscando sólo la legitimación de la fiesta en base a acontecimientos más o menos importantes y, posiblemente, para muchos era más interesante ligar la festividad de Nuestra Señora de la Paz a la reconquista de Toledo que al paz conseguida tras una guerra entre hermanos que terminó con la muerte de uno de ellos. Hemos de resumir que hasta el concilio de Peñafiel las fiestas que se declaraban ( de las que venimos hablando) siguen siendo las de la Encarnación ( 25 de marzo), la Expectación (18 de diciembre) y la de la Descensión (24 de enero). Y hay que aclarar que esta última festividad se comenzó a celebrar el 24 de enero teniendo en cuenta que el San Ildefonso había fallecido un día 23 y por tanto ligar la nueva festividad al que había sido participe del milagro podía parecer, y así lo sería, lo más natural, sin que ello indicase la festividad canónica del arzobispo.

Imagen del registro
Portada de la obra de Juan Tejada y Romero

En la obra citada anteriormente de JUAN TEJADA Y RAMIRO, dice:“El día primero de abril de 1302 se abrió este concilio en la muy noble villa de Peñafiel, en Castilla la Vieja. Fue presidido por el arzobispo de Toledo, Don Gonzalo Diaz Palomeque, no por Don Gil Albornoz, como algunos han escrito por error de los copiadores. Asistieron los sufraganeos Don Alvaro de Palencia, Don Bernardo de Segovia, Don Simón de Sigüenza, Don Juan de Osma y Don Pascasio de Cuenca; y se cree que los de Jaen y Córdoba enviaron procuradores”  A este respecto el profesor José Luis Pérez López  comenta el manuscrito que perteneció al arcediano de Toledo, Jofré de Loaysa, en el que se copian algunas de las normas del concilio:

Este es el ordanamiento que fue fecho en el concilio que se fizo en Peñafiel en la era de mill &CCC&xL años, el primero de abril, por los onrados padres et señores don Gonçalo, por la gracia de Dios arçobispo de Toledo, Primado de las Españas et Chanciller de Castiella; don Alvaro, obispo de Palencia; don Ferrando, obispo de Segovia; don Johan, obispo de Osma; don Simón, obispo de Siguença. Don Pascual, obispo de Cuenca; et los procuradores de los cabildos de la provinçia, a serviçio de Dios e de Santa María” [JOSE LUIS PÉREZ LÓPEZ.- La vida de San Ildefonso del exbeneficiario de Úbeda en su contexto histórico. Cuadernos de Filoogía HIspánica. Vol. 20, 2002]

El concilio de Peñafiel estudió quince capítulos o cánones entre los cuales y por lo que respecta al tema que estamos tratando sólo resaltaremos dos: el  once y el doce.  El XI dice así:

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Página del Manuscrito 13041 de la BNE (Constitutuones et Consuetudines Eclessia Toletana) donde se recoge n los puntos XI y XII
De la festividad de San Ildefonso.
Y como que la gloriosa y siempre Virgen María, madre del Verbo y del Salvador nuestro Señor Jesucristo, visitó corporalmente en la tierra después de su Asunción, descendiendo del Empíreo, al capellán y especial preconizador de su virginidad, el bienaventurado Ildefonso, prelado y rector de la iglesia patriarcal de Toledo, y le regaló dádivas y dones especiales en señal de la predilección y amor particular; y como que tenemos obligación de amar y honrar a quienes honra y ama la Madre de Dios: establecemos y ordenamos, que en toda la provincia de Toledo se celebre solemnemente su festividad con oficio doble” [TEJADA Y RAMIRO, JUAN.- Obra citada. Pág. 441.  El texto de Jofré de Loaysa habla de que la fiesta se faga de VI capas por toda la provincia de Toledo, et que el día que sea guardado et onrado assí como fiesta solemne, et que assí puesto luego et ordenado en los calendarios.]

La otra constitución de este concilio que citábamos es la XII que dice:

“Que se cante la SALVE REGINA
 Puesto que la fragilidad  humana a causa de su corrupción no puede vivir sin culpas, y como que según San Jerónimo, es casi imposible que viva alguno sin pecados; y además como que los pecadores después del Señor no tienen otro recurso para la bienaventuranza que dirigirse a la gloriosa Virgen, cuya protección todos estamos obligados a implorar,como madre que es de misericordia, empleando en su alabanza himnos y cánticos gloriosos: por eso en loor suyo hemos dispuesto que diariamente después de Completas se cante en alta voz en todas las iglesias Salve Regina, con el verso Ora pro nobis y las oraciones Concede nos famulos tuos y Eclesial tuae; y tambien las oraciones por el Sumo Pontifice Deus omnium fidelium y por el Rey la de Quaesumus Omnipotens Deus”[JUAN TEJADA Y RAMIRO. Obra citada].
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Camareras y Junta de la Hermandad preparando a la Virgen para la novena (Archivo paericular)

Este cántico que en la actualidad, aunque con riesgo de perderse, se canta en nuestra parroquia al finalizar la misa de los sábados, y en las «novenas» de la Virgen de la Paz, ya fue aprobado y prescrito por Gregorio IX en 1250. Y también pasó a Méjico, de tal forma que en el Concilio III de Méjico del año 1585, en el artículo XII de Titulo XVIII del libro III, se decía: “ Por cuantos todos debemos tener especial devoción a la Gloriosísima Virgen María, universal patrona y abogada, se dispone y manda, que en todas las iglesias catedrales de este arzobispado y provincia se cante con toda solemnidad en todos los días de la cuaresma hasta martes santo, igualemente que en todos los sábados del año, la antífona Salve Regina. [Salve Regina, Mater misericordiae,/vita dulcedo, et spes nostra, salve/ Ad te clamamos, exules fillii Hevea,/ ad te suspiramos, gementes et flentes,/ in hac lacrimarum valle./ Eia, ergo, advocata nostra, illos tuos/ misericordes oculos ad nos converte./ et Iesum, benedictus fructum ventris tui,/nobis post hoc exilium ostende./ o clemens, O pia, O dulcis Virgo Maria][JUAN TEJADA Y RAMIRO. Obra citada]

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Procesión del día de la Paz.  ¡Con los suyos, con su gente…. !(Archivo personal)

Como hemos podido ver, en ningún momento se hace referencia ni en este concilio ni en otros a Nuestra Señora de la Paz ni a su festividad, sólo por una única y exclusiva razón,  porque esta festividad aún no se había establecido. A fecha de 1302 las fiestas que se celebraban en Toledo seguían siendo las mismas más la incorporación de esta última de San Ildefonso. Con la muerte de Fernando IV en 1312, los reinos cristianos van a pasar por una serie interminable de contiendas y guerras entre distintas familias de nobles, solo apaciguadas en un primer momento por la regencia de Dª María de Molina, mujer de don Fernado IV, hasta la mayoría de edad de Alfonso XI. A la muerte de este ocupa el trono Pedro I, que hasta su muerte en Montiel, vivirá en una continua contienda contra su hermanastro Enrique, uniéndose a esta situación una terrible epidemia de peste negra. La ciudad de Toledo, hace tiempo que ha dejado de ser residencia real, su arzobispo Fernández de Toledo es desterrado en 1360 a Toledo. Muerto en 1362,  es elegido nuevo arzobispo Don Gómez Manrique, gran valedor de los derechos del rey Pedro I, hasta un momento determinado que, al igual que los grandes nobles, toma partido por Don Enrique, cuando aún el rey Pedro se encontraba en una sólida posición de poder. La postura del Arzobispo y de muchos nobles hizo que la ciudad de Toledo fuera blanco de la ira del rey Pedro que sólo contaba en la ciudad con el apoyo de los numerosos judíos que en ella vivían. Hacia esa ciudad se dirigía cuando se encontró con su hermano en los campos de Montiel. Allí perdió la batalla y murió a manos de su hermano Enrique, reconocido ya, por todos, como nuevo rey. Este fin de guerra, esta paz, después de tantos años de guerra y desastres si parece que pudiera ser motivo de alegría para toda la población y de agradecimiento.Tras este breve resumen histórico volvemos a Don Eduardo Estella Zaldaya, el canónigo bibliotecario de la catedral de Toledo de principios del siglo XX quine nos dice:

“ …hemos podido apreciar que el P. Frias, catalogador de la biblioteca a fines del siglo XVIII y principios del XIX, indica como fundador de tal fiesta al Arzobispo D. Gómez Manrique (1362-1375). Ciertamente que en su pontificado ocurre un suceso, digno de ser celebrado con fiesta de Paz: es el fin de la dura contienda entre D. Pedro I y su hermano bastardo D. Enrique, que asoló cruentamente Castilla y terminaba en 1369 con la muerte del primero en los Campos de Montiel.[ESTELLA ZALAYA, EDUARDO. Obra citada]

Después de muchas investigaciones y búsquedas en los archivos de la catedral encuentra una referencia de un manuscrito que se encuentra en el Archivo Real de Simancas.:

Padrón de la Hermandad e Cofradía de Corpus Christi e de Sta María de la Paz e de Santo Alifonso.- En el nombre de Dios, amén.- Porque según dice el apóstol todos habemos de estar ante la estrada de Jesucristo para resçibir gualardon de las obras que por los cuerpos fiçieramos, quier sean buenos, quier sean malos…. Por ende nos, los que aquí seremos nombrados, e a honra y servicio de la Virgen bienaventurada Sta. María la cual por su acostumbrada piedad e misericordia quiso honrar ….. guardar y defender esta ciudad (Toledo) muchas veces de muchos peligros e especialmente en el tiempo que la tuvo cercada el muy alto y muy noble nuestro señor el Rey Enrique, que Dios mantenga por muchos tiempos e buenos a su servicio, ordenamos esta solemnidad confradia e hermandad para siempre xamás, de cuando esta Virgen bienaventurada descendió en esta ziudad en la santa iglesia e cuerpo e, en almas; e … porque la paz e la concordia son dos cosas que los omes deben mucho desear, por razón que los pueblos con la paz e la seguranza façen mucho de su provecho e la procomunal es siempre guardada; porque esta es madre muy fermosa de todas las buenas artes, esta es la que façe  creçer e reparar los linajes de los mortales e sus poderios. E esta es la que después de todo esto façe que los pueblos con ella mexor sirvan a Dios…. Ordenamos que esta fiesta, solebnidad cofradía hermandad llamen e sea llamada Sta. Maria de la Paz, porque ella `por su misericordia e piedad nos quiera ganar siempre paz de su hijo Jesucristo bendito e preçioso.
Otrosí; porque la vida de  los omes non es durable y acábase mucho ayna según dice el profeta pereze la memoria de los omes e Dios por siempre dura, por ende hermanos e cofrades susodichos, porque los nuestros nombres después que salieremos de este mundo non sean olvidados, e porque mexor alumbra el ome de la candela que lleva delante sin que de la que va en pos del, nuestros corazones movidos a servicio de Dios e de la Virgen bienaventurada su madre = Primeramente ordenamos Nos Don Gomez, Arzobispo de Toledo e el Cabildo de la Santa Madre Iglesia Catedral que esta fiesta que se haga otros día de Santo Alifonso, que es en veinte y cuatro del mes de henero; e queste día vengan a la Iglesia Catedral todos los clérigos de la ciudad con sus cruces a la proçesion, e que esten a toda la misa, e todos los frailes de las ordenes todos que vengan a la proçesión esten a la misa y a la predicación e traigan todos candelas en las manos, e este día se saquen todas las reliquias del sagrario e que las llevenlos prestes e diaconos en la procesión” [ESTELLA Y ZALAYA, EDUARDO. Obra citada]]

Si hemos hecho antes la indicación de la verdadera fecha de institución de la festividad de Nuestra Señora de la Paz no era por «enmendar la plana» a ningún historiador sino por la sencilla razón de que no parecería lógica la expansión de la festividad después de mas de trescientos  años de su proclamación, es decir: parece poco creíble que la expansión del culto a Nuestra Señora de la Paz se inicie casi trescientos años después de la supuesta creación de la festividad pues no podemos olvidar que en 1085 apenas se había atravesado las lineas del Tajo en el proceso de reconquista.Por otro lado la expansión se produce en los territorios dependientes del Arzobispado de Toledo, de ahí su expansión por los obispados de Jaén y Córdoba, diócesis sufragáneas de Toledo. La devoción a la Virgen de la Paz en el resto de Andalucía es relativamente moderna y en un altísimo porcentaje se debe a figurar la Virgen de la Paz como titular mariana de muchas cofradías y hermandades de Semana Santa.De forma muy resumida podemos señalar que la Ciudad de Toledo, por medio de su Arzobispado y de su ayuntamiento, fue el centro inicial en España de la devoción a María bajo su advocación de Paz. Desde Toledo se difundirá hacía el Sur, fundamentalmente, recabando en Sevilla, como el centro de difusión a América, donde se establecerán dos polos de difusión: Méjico y Perú. Desde Méjico, concretamente desde Veracruz, la advocación de Nuestra Señora de la Paz, dará el salto a Filipinas donde se convertirá en especial advocación conocida como Nuestra Señora de la Paz y Buen Viaje.

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Imagen de Nª Sª de la Paz, en su capilla de la Catedral Metropolitana de Buenos Aires 

Esta expansión, con un mismo origen y diversas matizaciones, es exclusiva del mundo hispánico cubriendo la zona sur de Estados Unidos y el resto de América Central y del Sur y Filipinas.Naturalmente, exceptuando El Salvador, ninguna de las naciones hispanoamericanas la tiene como patrona, buscando normalmente otras advocaciones autóctonas, como Guadalupe, la Virgen del Cobre, la Aparecida, etc. Más especial es el significado número de ciudades que se crean en América con el nombre de Nuestra Señora de la Paz, entre ellas la de Bolivia, Mejico, etc. Su celebración, en la mayoría de los casos, sigue siendo el día 24 de enero, si bien por circunstancias especiales, como en el Salvador, se celebran en otras fechas. En los últimos tiempos la emigración interior y la disminución de población en ciertos pueblos de España, ha hecho que la celebración pase a realizarse en épocas de buen tiempo para que muchos de los emigrantes puedan volver a celebrar sus fiestas.

Aunque su expansión sea muy reciente es de destacar el elevado número de parroquias o iglesias bajo la advocación de Nuestra Señora de la Paz en América del Norte ( Estados Unidos y Canada) en esta última nación en la zona francófona, en torno a la región de Québec.

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José Muñoz Torres, Cronista oficial

 

 

 


Una respuesta a “LA LEYENDA TOLEDANA SOBRE EL ORIGEN DE LA FESTIVIDAD DE Nª Sª DE LA PAZ

  1. Pepe, éste, como todos, un gran trabajo de investigación, impagable. Gracias.
    Me gusta un montón la imagen de la foto de Lucas, en principio no parece la misma que la que aparece en la tuya, tampoco dices de qué fecha, o año aproximado, es cada foto. La primera parece que está en su altar de la antigua ermita y la segunda en la puerta de la ermita o de la iglesia de Santa María.
    En cuanto a lo de la leña y las gavillas estoy de acuerdo en que el trabajo de antes para hacer la “güera” era, como todo más rudimentario y manual de principio a fin, desde que se hacían en la viña hasta que se veían colocadas para arder. En este punto quiero hacer notar que, aunque Pacito (Paz Molina), ahora no llega con su remolquillo y sus borricos a la hora de la ofrenda floral, hace unos días que su hijo Miguel, me dijo que las gavillas que llevaban el día se San Ildefonso, siguen llegando cada año, aunque sin tanta expectación, que él antes ayudaba a su padre y ahora se encarga de hacerlas y, juntos con otros de su familia, de llevarlas a la hoguera a primera hora de ese mismo día. De cualquier manera los “leñeros” tienen un gran mérito por seguir manteniendo la tradición a costa de pasar la noche del 22, haga el tiempo que haga (y en el campo, en enero, hay pocas noches “primaverales”). Y los cohetes que emociona ver el afán que hay por las peñas y coheteros porque salgan bien, y la “Operación 2000” que se mantiene, y la puja que da vida económica a la hermandad… Gracias a todos.

    Me han encantado esas líneas finales a tu primo “por cierto Félix, ahora has sido tú el que te has soltado de mi mano”, Q.E.P.D. Mi padre trabajó con él y con tu padre y me habló de alguna vivencia que pasaron juntos en el monte Madara.
    Especialmente te agradezco la foto que has insertado del paso de la procesión del día de La Paz-2012 frente a tu casa, por la calle Postas, en ella he podido ver, entre otros allegados de mi familia, a mi hijo Ángel. Un abrazo.

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