
Están a punto de terminar las celebraciones de los centenarios -quijotescos y cervantino- y me parece que, poco a poco, todas las ilusiones -por ser patria del Ingenioso Hidalgo- de muchos pueblos de La Mancha (los de siempre y los que se han hecho manchegos recientemente quizás para ver si podían sacar algo de ello), se van a ir arrinconando en los amplios y cada vez mas viejos y olvidados «camarones» (1). Posiblemente colgarán de los astilleros, al lado de las viejas adargas, aunque ya muy pocos sepamos reconocer lo que son los camarones, los astilleros y las adargas. Por muchos lugares de la última, utópica y extensa ruta de Don Quijote, los indicadores de los centenarios y de la propia ruta están por los suelos, ya olvidados y sin provecho. Los pueblos que recorriera EL HIDALGO, irán -nuevamente- pasando a ser de aquellos de cuyo nombre nadie, o pocos, quieran acordarse…. Pero no es bueno que el historiador se meta a profeta. No debe ser esta la misión que nos ocupa ni el ejemplo que dejara escrito el Bachiller Sansón Carrasco: «… pero uno es escribir como poeta, y otra como historiador; el poeta puede contar o cantar las cosas, no como fueron, sino como debían ser; y el historiador las ha de escribir, no como debían ser, sino como fueron, sin añadir ni quitar a la verdad cosa alguna»; y en estos momentos no es que escriba como poeta, sino que me estoy aventurado a escribir como profeta. Y esta forma de escribir tampoco es la que me enseñó mi abuela en nuestro «poyete». Porque lo que ocurra en su momento, pasará en función de lo que hagamos cada uno durante nuestra vida y lo que resulte de nuestro comportamiento será lo que habrá que contar desde los distintos «poyetes» que se vayan ocupando.
Durante estos once últimos años, han sido muchos, quienes han llevado y traido al hidalgo y al autor, por los caminos que a ellos les ha interesado en cada momento. Le han hecho dar vueltas por lugares poco transitados -y tal vez inexistente en aquella época-, cuando lo que él perseguía era ir a los lugares dónde abiertamente se quebraba la ley o se sembraba la injusticia; a aquellos lugares dónde, -sin ningún resquemor-, se creaban -y se siguen creando- entuertos; sin querer reconocer, en sus profundos análisis, que él, EL HIDALGO, simplemente quería ir a esos sitios ….¡para desfacerlos!.

Parece claro que los caminos que recorrió el hidalgo, fueron aquellos que recorrió su creador o, al menos, aquellos que Cervantes conocía por lo que había oído decir a la gente en sus paradas en ventas y mesones. De cada pueblo salía un camino a cada uno de los otros limítrofes; sólo con una ligera diferencia, que unos eran camino a … cualquier pueblo y otros eran Caminos Reales a lugares o reinos definidos. Así que antes de que termine el año vamos a hablar de uno de esos caminos importantes , o mejor, vamos a hablar de un importante puente que existía en ese camino; por él pasó Cervantes en sus viajes a Andalucía, y con él -bulléndole en la cabeza- su imaginado, querido y universal Don Quijote y su práctico, servicial y sencillo escudero Sancho Panza. Nos referimos, como podéis imaginar, al puente sobre el Gigüela en el camino Real a Andalucía ( ¡Ya salió este con el puente!, -pensará alguno-, pero, digo yo, ¡alguién tendrá que salir a contarlo!).

El caso es que, al contrario de muchos otros caminos -que se han estrechando de forma increible- este camino a Andalucía se ha ido haciendo cada vez más ancho e importante. Al puente le han salido a su lado otros tres puentes también más importantes, aunque uno de ellos -por una de tantas guerras- no llegó a terminarse; quizás -por esa razón-, se ha hecho menos necesario. Y ahí permanece: cubriendose de olvidos y escaso de cuidados. De vez en cuando le vuelven a desaparecer algunas piedras de su calzada y tarayes y «yerbajos»[La R.A.E. reconoce el término «hierbazo» pero nuestra forma popular de decirlo es más clara, más rotunda, -para la mayoría- para aplicarla a hierbas sin ninguna utilidad y bastantes dañinas] van creciendo -espléndidos- en sus murallas por la ausencia de un discreto mantenimiento.

El profesor Fernando SAENZ RIDRUEJO, en su última clase como profesor de la ETS de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad de Madrid, ante una fotografia del puente romano de Mérida, decía que «..se había ido reconstruyendo y reconstruyendo como casi todos los puentes romanos o antiguos que tienen una historia de destrucciones por los ríos o las guerras que son todavía mas perniciosas que los rios». Así, de la misma forma, a lo largo de sus muchos siglos de existencia, el puente -viejo y romano- de Villarta, ha sufrido muchos desperfectos que tuvieron que ir reparándose con rápidez porque el puente era muy necesario. Al menos eso decían los miembros del Honrado Concejo de la Mesta: » En la villa de Montixo a quince dias del mes de marzo mil y seiscientos nuebe años estando haciendo concejo público el concejo de la mesta presidiendo en el Señor licenciado don alvaro de benavides cavallero del avito de santiago del consejo y camara de su magestad por algunos hermanos de dicho concejo se presenta peticion diciendo que la puente por donde se pasaban los rios gudiana xiguela y çancara por el termino de villa harta estaba cayda y desbaratada de forma que no podían pasar por ella los ganados y que habiendose otras beces del reparo della en los concexos pasado se abia nombrado comysario el qual abiendola se abia traydo relacion e ynformado que la dicha puente estaba muy arruinada y desbaratada de forma que si no se acudia al remedio con brevedad se cayria de todo punto de que se seguiria mucho daño por ser paso muy nezesario …» [AHN. Diversos-Mesta, 48, N, 5Bis. Villaharta(Córdoba) Mandamiento del Presidente del Concejo de la Mesta a Martin de Artache, maestro de obras de canteria para que termine el puente de Villaharta]. El deterioro, otras veces, no se produce por el uso y escaso mantenimiento, sino como consecuencia de un hecho bélico y dada la importancia del puente -como lugar estratégico- su reparación debía atender al mejor y más rápido arrglo sin detenerse en que la reparación mantuviese la estructura o estilo que anteriormente tenía. Algunas reparaciones provocaron un cambio brutal en nuestro puente pues, brutal tambien fue el destrozo que hubo que reparar, como fue la destrucción de dos de los ojos en el año 1809 con motivo de la Guerra de la Independencia. Su inmediata reparación -construyendo unos «ojos» totalmente distintos a los preexistentes-, son en la actualidad perfectamente identificables pero también nos habla de la importancia del camino y del puente que de otra forma hubieran dejado sin arreglar. En cualquier caso, como decía el profesor SAENZ RIDRUEJO, esta sería la solución mas deseable para una reparación muy concreta ya que puede demostrar cómo y cuando se produjo.

Pero normalmente los arreglos o reparaciones del puente hayan sido menos agresivas -aunque sí mas continuadas-, sustituyendo las partes más antiguas o desgastadas, lo que, poco a poco. hacía perder al puente muchos vestigios de antigüedad. El estudio detallado de los documentos -que hasta la fecha hemos localizado- en los que se detallan los procesos realizados, nos pueden servir para ir descubriendo parte de lo perdido y -al mismo tiempo- datarle de una mayor antigüedad de la que muchos le atribuyen. Ya hemos dejado suficientemente demostrado en varios artículos que la gran reparación de Hernan González, maestro de obras de la catedral de Toledo, no tuvo lugar en nuestro puente sino en el de la localidad de Villarta de los Montes (Badajoz). Dejando aparte esta obra, podemos hacer una valoración de las grandes reparaciones que se han realizado en nuestro puente. Son tres y se realizaron en los años 1609, 1690 y 1752.
Cada una de estas obras se realizó por iniciativa de un institución diferente,de igual forma que diferente fueron los medios de financiación de las obras. La primera de estas reparaciones, la de 1609, se realiza a petición del Honrado Concejo de la Mesta y la financiación de sus obras se realizó mediante el repartimiento de los gastos entre los ganados que circulaban por el puente. Los gastos de reparación de 1690 son, -en un principio- imputados a la villa de Villaharta, en un intento de la misma Mesta para que la Justicia y Regimiento de Villaharta la efectue en el termino de un mes, aduciendo que los derechos de portazgo eran privativos de la citada villa; demostrada la inexactuitud de esa imputación es, finalmente, financiada por iniciativa real a través de sus corregidores, primero el de Ciudad Real y finalmente el de Toledo, mediante un repartimiento de los gastos entre todas las ciudades, villas y lugares de 20 leguas a la redonda, afectando a 68441 vecinos de 254 localidades de los partidos de Alcaraz, Alcázar de San Juan, Ciudad Real, Infantes, Ocaña, Toledo, Huete, San Clemente y 12 poblaciones del sur de Madrid. La última reparación se efectua por medio de la Dignidad Prioral de San Juan que además introduce la figura del mantenimiento del puente con los fondos provinientes de los arrendamientos de La Peñuela, dehesa de propios del Ayuntamiento de Villarta.
La primera reparación citada, la de 1609, se realiza, -como señalamos anteriormente- por iniciativa de la Mesta, comisionando a Pedro de Aguilera Contreras para que fuese a Villarta y viese cual era la obra que habría que realizar y pregonara la obra » y trayendo en pregones tomare en quien lo hiciese por menos y lo haga reparar y poner en perfección en la forma que convenga». De esta forma, se llega a un acuerdo con el maestro de cantería Martin de Artache,vecino de Argamasilla de Alba, a quien se le adjudica la obra en importe de once mil reales de vellon. En la escritura, que para este fin se firma y en la que aparecen como testigos los vecinos de Villarta, Diego Diaz, Juan de Heredia y Juan Ximenez -este último alcalde ordinario de la villa- se establecen las indicaciones precisas de la obra.

El primer paso de la reparación es construir una calzada que vaya de la salida de la villa al puente, levantando una muralla de cal, piedra y argamasa a la entrada del puente que debe llegar a donde esta la cruz (…se a de levantar una acitara de cal y piedra y argamasa a la entrada de la puente como se ba deste lugar a la mysma puente que benga a descabezar al cerrillo de la cruz donde esta dicha cruz). En lineas generales las obras se resumen en los siguientes puntos:
- Construcción de un nuevo tramo de calzada, previo al puente, enlazando el mismo con la salida de la villa hacia Toledo.
- Para ello se construirán dos murallas (acitaras) y el espacio entre ambas será rellenado de arena y piedra (…iten que el gueco de las dichas dos acitaras en la dicha entrada se an de macizar de caxquexo y tierra de las canteras sin que en dicho gueco se eche tierra de la vega..).
- El nuevo tramo se ha de enlosar y empedrar «hasta la puente biexa en el que entran dos ojos que el dicho Martin de Artache hizo nuevo».
- El empredrado y las losas deben ser de losas de la mancha. Queremos entender que se refieren al tipo de piedra caliza que componen todo el puente. En cuanto a las losas ( «.. a de tener cada una una cuarta de grueso y se an de poner de cantero unas arrimadas a otras..) pensamos que se refiere a las que en la actualidad estan en linea junto a las murallas del puente.
- Que también ha de empedrarse y poner losas a la parte del puente que está a continuación de la parte mas antigua ( «… que desde donde acabe la puente biexa como se ba desta villa a Toledo que es donde acaban los arcos viexos camino de Toledo se a de empedrar y enlosar..).
- Se deberá hacer un enlosado por dentro de las murallas con piedras labradas a picón de media bara de ancho cada una y una cuarta de grueso. El hueco de la calzada sería de unas siete u ocho varas.
- Es conveniente señalar la existencia de los apartaderos en esta época, contraviniendo la opinión de algunos ¿expertos? que los identifican como obra añadida a finales del siglo XVIII ó XIX. Al final de la escritura de obra y en presencia de los testigos se dice que «.. y es declaración que los apartaderos de la puente no se han de empedrar».
Vemos que en la ejecución de esta reparación se hace referencia a dos partes del puente. Una llamada en el documento puente biexa que sería la conocida como madre del río y otra, que es donde se contempla la existencia de los apartaderos. En cualquier caso, hablar en aquella época de puente vieja y de los arcos viejos nos debe retrotraer a épocas muy anteriores; seguimos insistiendo que estos datos anulan las conclusiones de algunos de los autotitulados expertos . Aunque es la Mesta la que asume -de alguna forma el control de la reparación- no existía titularidad sobre el puente. Por ello parece evidente que sea el más perjudicado por el mal estado del puente el que provoque y financie sus reparos. Es lo que sucede en este caso, en que el Honrado Concejo de la Mesta asume la financiación de la obra, contando con la aquiescencia y presencia simbólica de autoridades del Priorato.
La obra concertada el 15 de marzo de 1609 debería terminarse en todo el mes de septiembre de mil y seiszientos y diez. El incumplimiento de este plazo es el que da lugar a un expediente firmado a veinte de agosto de 1611 para que la obra se termine sin dilacion dentro de los dos meses primeros que corran y se quenten desde el dia que este o fuere notificado.
El repartimiento de gastos que se hace a los ganaderos será de diez reales por cada millar de cabezas buscando la mayor comodidad de pago para los ganaderos contemplando que la primera paga ha de ser a la bajada del ganado por el puente en el año de 1609 y la otra a la bajada de 1610 y, si quedara alguna parte por pagar, se haría en la bajada de 1611. Al final del documento hay una nota escrita en la villa de Arenas por su escribano ( hasta 1648 Villarta, como lugar, dependía administrtivamente de Arenas) con fecha tres de septiembre de mil seiscientos once en la que se indica que las obras se están ejecutando dentro del plazo previsto y que en este momento se está trabajando con cinco carros para transporte de material, cuatro empedradores y diez personas que le sirven…..

Y dicho todo esto, que se refiere a actuaciones de cuando aún vivía Cervantes ¿como es posible que todos los investigadores olviden Villarta, al hablar de los caminos del Quijote? ¿Acaso no tuvo más remedio que pasar por ese puente, unas veces en mejor estado que otras?. En 1690 el rey Don Carlos por la gracia de Dios rey de Castilla de leon de aragon de las dos sicilias de Jerusalen de nabarra de granada de toledo de valencia de Galizia de Mallorca de Sevilla de Zerdeña de cordoba de corcega de Murzia de Jaen señor de vizcaya y de molina= ante vos nuestro corregidor de la ciudad de toledo salud y gracia. Sepades que Alonso Lopez de resa en nombre de la villa de Villarta nos hizo relacion que en el termino de ella avia una puente y calzada que tenía mas de duzientos y cinquenta pasos de largo que estaba sobre el rio Guijuelka guadiana y Zancara que heran muy caudalosos y especialmente en el yvierno y con el transcurso del tiempo se abia arruynado la dicha puente y calzada de forma que s epasaba con mucho peligro y riesgo de los comerciantes siendo paso comun de toda la andalucia a esta nuestra corta y no se podia vadear por ser grande los lagunacos que avia de suerte que por estar la puente referida tan maltratada abian suzedido y suzedian cada dia muchas desgracias y si con vrebedad no se procuraba reparar haziendo los arcos de que nezesitaba y la calzada se inposibilitaria el paso con que no abria quien viniese a esta nuestra corte a traher los vastimentos asi de azeite azucar y otros generos y todo los que venian de Sevilla con cargas por no tener el rio por otra parte paso alguno sino hera rodeando mas de seis leguas……. etc. etc.
Acaso, ¿pasaría volando Cervantes, al igual que creyó volar su hidalgo? Tambié puede ser que a Villarta no le cueste mucho seguir siendo ese lugar de la Mancha del que muchos no han querido acordarse. o ¿hemos hecho algo para que se acuerden?.
Respecto a los documentos que comentamos estan incluidos, transcritos y estudiados, en un libro ya concluido que quizás algún dia se publique vea la luz. Mientras tanto iremos comentando lo escrito en él en este «poyete».
Nota: Los párrafos en azul son transcripción exacta de los documentos.
Villarta de San Juan, 12 noviembre 2016
José Muñoz Torres, cronista municipal