Villarta de San Juan

Hablar de «Paces» en Villarta es algo tan sencillo, en lo externo, que cualquiera puede hacerlo y hacerlo muy bien; pero a la vez, -sentir, vivir las Paces- es tan difícil que sólo  los villarteros, –cada uno con un sentir distinto- pueden expresar, -desde dentro, desde sus más íntimos sentimientos-, lo que ellos entienden por Paces. Mi abuela, en los días previos a las fiestas, al lado de la lumbre, en la cocina, -que el mes de enero no es tiempo para estar en el «poyete»- se afanaba en preparar las comidas que debían guardarse, -naturalmente de sequero- para estar tranquilos durante los días de fiesta y sobre todo para atender las visitas imprevistas de huéspedes, en el día de la Paz ( el 24 de enero). Pues, curiosamente, nunca la oí hablarme de sus Paces, que ella -a buen seguro-recordaría íntimas y en silencio, regustándolas, despacio y tranquila como si se tratasen de una perrunilla o un mantecado. La verdad  -eso creo, después de tantos años- es que a ninguno nos han enseñado a comprender las Paces; nuestros mayores dejaron que nosotros mismos empezásemos a comprenderlas, a esperarlas, a vivirlas, a quererlas.. Lo que si nos enseñaron fue a mantenerlas y  respetarlas.

Por eso cada uno de nosotros vive -de fuera para adentro- unas Paces únicas y distintas a las de los demás y por eso, en un momento determinado, – a la salida de la Virgen a su pequeña plazuela- una lágrima  -que encierra dentro miles de recuerdos-, nos cae humilde y orgullosa ( que gran contrasentido) por nuestro rostro. Todos tenemos un album de recuerdos de nuestras Paces sin saber por qué los guardamos ni por qué, con tanto cariño, los recordamos al cabo de los años. Todos tenemos un recuerdo concreto de ellas,  tal vez intrascendente y no necesariamente el más importante; pero es un recuerdo que todos los años acude y que todos los años lo saboreamos.

Yo, personalmente, recuerdo un noche fría de enero, -cogido de la mano de mi madre-, medio adormecido, cruzando la carretera para ir a la novena que se celebraba en una pequeña y sencilla ermita, que quizás por su sencillez, no supimos o no quisimos conservar. No recuerdo nada mas de esa noche; seguro que el calorcillo del ambiente terminaría haciendo que me durmiera pero si creo que fue suficiente, porque fue el primer recuerdo, mi bautismo de Paces. Luego se fueron amontonando , –y siguen amontonándose- muchos otros recuerdos de otras Paces: recuerdos imborrables, inolvidables, tristes y alegres; Paces en soledad vividas desde la lejanía y otras muchas compartidas, haciendo profesión de villartero, junto a los que quieres….

Y en esas estamos; otra vez, un año mas, las largas anochecidas de finales de noviembre empiezan a llenarse de rumores, de noticias o de hechos en los que las Paces van adquiriendo protagonismo esencial; los móviles, incansables y continuos esparcidores de esos rumores y noticias, van haciendolas llegar a todos los lugares y a todas las personas. Y empieza a colarse la coletilla: ¿Sabéis que..?, ¿Sabéis que fulanico va a ser este año el pregonero? ¿ sabéis que la reina de las Paces va a ser… ? … ¿Sabéis que…? Luego las noticias, poco a poco, se irán confirmando o desmintiendo pero, desde ya, hasta la tarde del 24 de enero, hablar de Paces será la norma habitual y casi obligada.

Para hacer boca tengo un ¿sabéis que? que quiero compartir. En mi búsqueda de información sobre Villarta, hacía tiempo que detectaba que, al introducir en internet la palabra Villarta, al cabo de poco tiempo empezaba a aparecer información sobre Puerto Vallarta, importante localidad turística mejicana. Intrigado por esta coincidencia investigué en la página de la citada localidad en la que se decía, -comentando su historia-  lo siguiente: «Inicialmente se llamó las Peñas, pero en 1918, por decreto del Congreso, Las Peñas se transformó en municipalidad y recibió un nuevo nombre: Puerto Vallarta en memoria del abogado ilustre y Gobernador de Jalisco don Ignacio L. Vallarta».

La curiosidad, a veces, suele deparar sorpresas. Ciertamente el nombre del ilustre abogado no me decía nada y mi curiosidad, insistente, me hizo investigar algo de la vida del tal Ignacio L. Vallarta.

Y en esa investigación es donde aparece la sorpresa. En una publicación de la Suprema Corte de Justicia de México, se dice: «1549 a.  Existe en España un pequeño pueblo llamado Villarta cerca del puerto Lapiche, de la Mancha y Manzanares, a distancia como de cinco leguas de estas poblaciones. También queda cerca de Valdepeñas. ¿No tendrá por origen aquel pueblo Villarta, algún antepasado de la familia Vallarta, nuestros antepasados? [ARCHIVO DE IGNACIO L. VALLARTA.- Recortes de prensa. Página 682].

Naturalmente, para ser sinceros y rigurosos, esta suposición se debería a algún personaje que fuese de Villarta y que alguien interpretó como Vallarta. En ese caso, de ser posible ese supuesto, habría que ampliar esa posibilidad a las Villas de Villaharta ( Córdoba), Villarta de los Montes ( Badajoz), Villarta ( Cuenca), Villarta-Quintana ( Logroño) y nuestro pueblo, sobre todo teniendo en cuenta la confusión en la asignación de muchos archivos entre las dos primeras localidades y nuestro pueblo, tema del  que ya hemos hablado en muchas ocasiones. Pero esta curiosidad se completa cuando al leer las fiestas religiosas de Puerto Vallarta y -sobre todo de otro más pequeño, Bucerías, en el estado de Nayarit y muy próximos entre si-, se nos habla de que en la actualidad Puerto Vallarta conforma una Zona Metropolitana en la que se incluyen poblaciones de Nayarit, situadas en Bahía Banderas, donde se encuentra el pueblo de Bucerías de algo más de 13.000 habitantes.En este pueblo, curiosamente, se celebra la festividad de Nuestra Señora de la Paz desde el día 16 hasta el 24 de enero.

El periodista Juan Rael González, dice: «Con la conquista de América, la tradición llegó a  nuestras costas, y de algún modo se asentó en el remoto pueblito de Bucerías». En otro artículo se dice: » Nuestra Señora de la Paz, patrona de los pescadores, recibe docenas de embarcaciones cuando realizan la tradicional Peregrinación Marítima con la Antorcha de la Paz el día 24 de enero, para agradecer y pedir por un año próspero». 

 Durante esa semana se llevan a cabo las misas para los feligreses y se celebra, añade el periodista, con bailes,  fuegos artificiales y un toro de fuego…  ¿Curiosidad, casualidad? Sea lo que sea, lo cierto es que, a miles de kilometros, alguien le pide a Nuestra Señora de la Paz que les bendiga y proteja, igual que nosotros.

Notas:

Paces: Fiestas patronales de Villarta de San Juan en honor de su Santa Patrona Nuestra Señora de la Paz ( Del 23 al 26 de enero).

Huéspedes: Visitantes inesperados que desplazandose a Villarta a ver las Paces se aposentan en una casa sin anunciar su visita.

Novena: Acto litúrgico -hasta no hace mucho, con ceremonial propio- en honor de la Virgen de la Paz. En la actualidad se incluye dentro de la celebración de la misa, desde los días 14 al 22 de enero. Su horario invariable son las 9 de la noche.  

Hacer boca: Ir preparando el cuerpo con algún aperitivo. ( En este caso el aperitivo son las noticias breves y continuadas acerca de las Paces).

Esparcidor: En este caso nos referimos al que divulga, extiende o publica noticias sobre las Paces.

De sequero: Se aplica a aquellas comidas que no son de cucharas o se realizan a base de fritillos o asados. ( Era la forma normal de comida de la gente del campo, sobre todo cuando estaban solos. En recolecciones las comidas eran a base de mojetes o similares, usando por tanto la cuchara).  En este caso concreto nos referimos a lomo adobado, chorizos en aceite, pistos,…  o incluso postres que se guardaban en los sótanos: natillas, arroz con leche, etc. A veces, cuando se iba a echar mano de ellos, ya habían desaparecido [En previsión de este hecho, las mujeres solían guardar en varios sitios de la casa estos alimentos, por si acaso.] 

Perrunillas: Dulce típico de Paces hecho a base de harina, manteca y azucar de forma redonda en cuyo centro se ponía una almendra. Antes de las fiestas, las mujeres confeccionaban estos dulces que luego llevaban a cocer a los hornos de las panaderías.

Villarta de San Juan, 23 de noviembre de 2016

José Muñoz Torres, cronista oficial.